2. VOLVIENDO AL PASADO

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Y luego la princesita subió al castillo de nuevo para que su madre no la encontrará- Subiendo a la muñeca por el castillo de juguete.- Y luego el caballo voló con princesa y empezaron a jugar juntos- empecé a correr por la casa con las muñecas, sin hacer ruido, ya que mi hermana se encontraba dormida, ella tan solo era una bebé de meses. De hecho ella es alérgica a algo, su piel es demasiado sensible. Necesitan averiguar qué tiene, pero mi familia dice que es mejor dejarla dormir ya que con estos valores no duerme casi nada.

Dure así unos minutos jugando, hasta que me aburrí y decidí ir pasearme por la casa, ya que no sabía que hacer. Entre al cuarto en donde se encontraba mi hermana dormida, lo hice con mucho cuidado para no despertarla y fui a agarrar el cepillo de pelo, cuando en eso empezó a llorar.

- ¿¡Qué haces!? ¿¡Ya viste!? ¡La despertaste!- Dijo mi cajuela entrando al cuarto muy enojada

- ¡Perdón! Yo solo venia por un cepillo de pelo, fue un accidente- Mencione mientras caminaba a la puerta del cuarto.

- ¡Para ti todo es un accidente! No fue un accidente, tu la levantaste- Me exclamó muy enojada. Yo lo sabia, se escuchaba en su voz

- ¡Claro que no! Entre con mucho cuidado y agarre el cepillo ¡ella se levantó porque tiene hambre!- Respondí mientras me iba.

Ella me agarró del brazo y se quito su zapato, prefiero no narrar lo que sucedió porque todos sabemos que sucedió.

Yo me encontraba llorando en el cuarto preguntándome qué estaba mal conmigo -Auu- Mencioné en voz baja mientras me sobaba en donde recibí los golpes.

- ¡Deja de ser tan dramática!- Me grito desde la sala. Yo no sabía como me podía escuchar desde tan lejos, y más cuando hablaba en voz baja.

- Au, Au- Me levante muy adolorida y me fije en el espejo. Tenía roja esa zona, lo único que hice fue volver a sentarme adolorida y seguir llorando.

Pasaron las horas, cuando por fin llegaron mis papás. Yo fui y los recibí feliz, era todo lo que quería. Verlos de nuevo y por fin largarme de ese lugar.

-¡Papá!- Fui y lo abrace con mucho cariño. - Te extrañe demasiado ¡no sabes cuanto!-

-Te quiero mucho- Dijo abrazándome. -Bueno, dejame voy a abrir la casa ya que esa no se puede abrir sola- Mencionó mientras me bajaba y salía para ir a abrir la casa

-Deberías decirle a tu mamá lo que hiciste hoy- Mencionó mi abuela, lo cual yo le hice una cara.

-Fue... Un... Accidente- Le respondí, un tanto seria.

-¿Que paso?- Dijo mi mamá

-Despertó a su hermana- Hablo mi abuela con mi mamá, yo solo las miraba. No quería decir nada, cuando terminaron de hablar. Por fin dije algo.

-Ella me golpeó, con su chancla. Me dolió demasiado y me dejó rojo- Dije, para protestar antes de que me regañaran.

-Deja de ser tan dramática Dijo mi abuela.

-Yo no se porque eres tan Dramática- Dijo mi tía, intentando meterse en la conversación.

Yo solo tenía 7 años, yo no entendía porque me decían dramática si yo solo hablaba de mis sentimientos. Yo solo quería que alguien me abrazara y me dijera que todo estaba bien, qué yo no tuve la culpa. Que todo fue un accidente.

Mientras crecía era lo mismo, siempre que lloraba o me enojaba me decían que era muy "Dramática" siempre era lo mismo. Cualquier situación yo era la dramática. En todas las situaciones yo era la dramática, así que conforme crecía se me hacía más y más raro hablar sobre mis sentimientos; sobre que me gustaba y que no, que me disgustaba, que me enojaba, que me hacía reír, todo eso era algo raro para mi. Y sobre todo, deje de llorar enfrente de la gente porque me daba mucho miedo que me dijeran "Deja de ser tan dramática". Cada que yo lloraba, y me preguntaban "¿Porque lloras?" siempre me inventaba algo, o simplemente les decía "Por nada" Hasta la fecha me da mucho miedo que me digan que soy dramática.

Eso a mi hasta la fecha me afecta demasiado, por esa razón fue que no dije nada y me subí y aquí estoy llorandole al aire, y hablándole al cielo. ¿Porque no puedo ser como mi hermana? Ella si puede hablar de que le gusta y que no le gusta, ella puede decirte fácilmente que no le gusta, que no lo vuelvas a hacer.

Más allá de las dudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora