Ese día me encontraba comiendo a las cinco de la tarde en la sala, en casa de una de mis tías. En la sala estaba yo, mis tías, una prima, mi madre y mi hermana, también mis abuelos maternos.
Ellos comían sushi mientras yo procesaba la comida. Yo había pedido de comer otra cosa diferente a comida ya que a lo no me gustaba el sushi, iba a tomar agua de mi vaso cuando me di cuenta que este ya no tenía, le pedí a mi prima que me pasara la jarra de agua.
-Oye, ¿me pasas la jarra de agua? por favor- Pregunte, mientras yo agarraba mi vaso de agua, el cual ya estaba vacío debido a que justo había tomado el último trago.
-No- Ella me respondió con cara seria mientras seguía comiendo.
-OK, entonces espero a que mi abuelo se termine de servir- Dije mientras esperaba a que dejara de servirse agua. Cuando por fin termino, agarre la jarra y accidentalmente tire el rollo de sushi de mi prima. - ¡Una disculpa! ¡Ay perdoname, fue un accidente!- Exclame mientras me servía agua rápido para ayudarla a recojer.
- ¡No mames! ¡Mi sushi wey! ¡Te pasaste de Verga!- Exclamó enojada.
- ¡Lo siento mucho! Fue un accidente- Respondí mientras acomodaba las cosas de la mesa
- ¿¡Cual accidente!? ¡Fue TU CULPA! Yo no se porque no te fijas, ¡siempre es lo mismo contigo!- Exclamó mi abuelo enojado
- ¡Fue un accidente!- Respondí ya al borde de las lágrimas, yo detestaba qué me alzaran la voz, y siendo una persona sensible obviamente me iba a alterar.
- Ay si, un "Accidente" - Seguía diciendo enojado.
- Saben que, yo ya me voy- Me levante de mi lugar y moví todo.
-Fue un accidente, yo lo vi- Mencionó mi hermana
-No, ya me voy, yo no quiero estar aqui- Me dirigí a la salida, ya con las lágrimas amenazando con salir de mis ojos
-¡AYÚDALA A SACAR EL SUSHI!- Alguien gritó, no reconocí su voz, pero aun así le respondí.
-No, ya me voy- Abrí la puerta y salí de la casa
-¡QUE LA AYUDES!- Reconocí, era la voz de mi mamá
Suspire y me regrese, cunado abrí la puerta escuche que ella dijo "Ya lo recogí" entonces volví a salir y subí las escaleras, las cuales llevaban al segundo piso de la casa, de la cual nunca terminaron así que fácilmente podía ir al techo de la vecina. En el primer instante en el que me senté en el techo de mi vecina, empecé a llorar, no podía dejar de llorar.
Aproximadamente 10 minutos después, me empecé a preguntar porque tenía que ser así. Mi cabeza se llenaba de preguntas ¿Porque tengo que ser asi? ¿Enserio estoy llorando? No podía dejar de hacerme preguntas, mi mente no ayudaba, porque las preguntas se hacían recuerdos; Recuerdos que eran el origen de mis emociones. Eso solo causó que siguiera llorando, no me moleste en hacer ejercicios de respiración, hacía mucho no me sentía tan libre al llorar en voz alta, al dejar todas esas emociones salir, el aire que se sentía tan bien en mi cara. Ya lo había olvidado, había olvidado que se sentía llorar así, a pesar de que yo me sentía de la verga, me sentí tan bien al dejar ir todo, pero también de sentí mal al pensar ¿Porque la gente tiene que ser tan mierda? Empecé a recordar toda mi niñez, que es el origen muchas de la preguntas que me estaba haciendo en ese momento.
La pregunta principal era ¿Porque no puedo decir como me siento y ya? ¿Porque tengo que ser así?
ESTÁS LEYENDO
Más allá de las dudas
Historia CortaUna adolescente vive una situación que la altera emocionalmente durante un lapso de horas, en donde ella se va a cuestionar cosas sobre si misma y va a indagar en el pasado para encontrar el origen a ciertas dudas que surgieron en ella. Ella aprende...