Kokonoi Hajime
Me dirigía a la casa de ___-San para que me curara unas heridas después de una pelea. No me había dado cuenta, pero desde que empece a conocerla casi no pensaba en Akane-San. O mas bien me olvidaba de ella cuando estaba junto a ___-San.
Últimamente pienso en que hubiese pasado si Akane-San no hubiese fallecido. ¿Hubiese correspondido mis sentimientos?, o ¿solo era un capricho mio por tener un enamoramiento infantil, el cual me fue arrebatado muy pronto?
Aquello rondaba por mi cabeza mientras llegaba a casa de ___-San, pero ya todos sabemos cual hubiese sido la respuesta de Akane-San. Al estar frente a la puerta de su casa toque varias veces esperando a que la castaña saliera...
___: ¿Uh? ¿Kokito?- pregunto con algo de sorpresa al verme, y es que casi siempre nos veíamos en un café, o en algún lugar publico,o en algunas de las misiones, ya que la sola idea de estar con ella a solas me hacia poner nervioso- ¿todo bien?..
Kokonoi: Hola, ___-San, eh.. si. Bueno...-en aquel momento vi una sonrisa, al parecer se había dado cuanta para que fui exactamente-
Tomo mi mano y me metió dentro de su casa guiándome hasta la planta de arriba, mientras caminaba no pude evitar ver como sus caderas se movían, mi vista bajo un poco mas hasta su trasero. Se veía bastante bien con la pijama que llevaba puesta, solo era un vestido de seda que moldeaba bien su figura. Moví mi cabeza de un lado a otro, no podía pensar en esas cosas justo en ese momento. Aparte ___-San era mayor, de seguro ya tenia pareja. Al llegar a su cuarto me hizo sentar sobre la cama mientras me sonreía, a lo que yo respondí también con una sonrisa algo tímida y podía sentir mis mejillas calentarse un poco.___:Esperame aquí Kokito, traeré unas gasas- dijo ella para luego dirigirse al baño-
Mientras espera podía ver que era algo desordenada con la ropa, pero quien soy yo para juzgar. La vi volver con un paquete de las gasas, algodón y una botellita de desinfectante. Dejo todo sobre la cama y se sentó a mi lado, me miraba con una sonrisa mientras tomaba un pedazo de algodón y ponía desinfectante sobre este para luego pasarlo por mi rostro en donde se hallaban las heridas. Yo solo podía soltar unos leves quejidos mientras apretaba las sabanas de su cama. Al cabo de un rato había terminado y ya tenia la cara llena de banditas, ___-San se fue a tirar lo que ya no servia y yo solo me quede sentado esperando a que ella volviera.
En unos minutos había vuelto, se tiro sobre su cama y me miro con esa sonrisa tan característica de ella, sin querer mi vista se poso sobre sus carnosos y suaves labios, se veían tan apetecibles. Claramente me dedique a observarla mientras ella checaba su móvil. Mi vista fue bajando hasta su cuello y de ahí a sus pechos. Se veían suaves, y se notaba que no traía sostén ya que podía ver como sus pezones se marcaban por encima de su camisa.
___:¿Quieres recostarte Kokito? Es bastante tarde para que andes por ahí tan de noche. Y no aceptare un no por respuesta. Así que ponte cómodo y recuéstate conmigo- Dijo ella sin mirarme-Kokonoi:Esta bien..- intente no sonar nervioso mientras quitaba mi abrigo y mis zapatos-
Al terminar de acomodar mis cosas sobre una de las sillas que había por ahí, me recosté a su lado metiéndome bajo las sabanas, ella se levanto para apagar la luz y cuando volvió a la cama me abrazo. No me sentía incomodo para nada, pero si nervioso. Podía sentir sus pechos contra mi brazo, me abofeteé mentalmente y me dispuse a dormir un poco.La madrugada había llegado y el joven pelinegro se removió un poco al sentir como algo presionaba contra su pelvis. La cual hizo que su miembro empezara a endurecerse de inmediato. Aun estaba dormido, y ___ se había recostado de lado, su trasero era lo que presionaba contra la pelvis de Kokonoi, provocando que este reaccionara y moviera un poco su cadera hacia adelante. La castaña al sentir aquello rápidamente abrió los ojos sintiendo sus mejillas arder, podía sentir la dureza del menor presionando contra sus glúteos. No iba a negar que muchas veces fantaseo con aquel dulce joven, esta podría ser su única oportunidad, ¿no? Porque no aprovecharla.