· Me desperté en una cama matrimonial, un poco desorientada. Miré hacia mi costado y allí se encontraba mi mejor amiga, mirando el celular; parece que estaba en el departamento de Riri.
— Mgh... - Solté en forma de quejido.
— ¿Qué te pasa baby?
— Siento que me están pegando con algo en la cabeza... Deberías de haberme detenido cuando estaba tomando.
— Ni que vaya atrás tuyo a cuidalte como bebé... - Dijo con una mala mirada, en forma de juego - Pero de todas folmas, telminaste siendo cuidada por la mismísima Young Miko ¿No es bueno eso? - Agregó.
— ¿Quién es Young Miko?
— La castaña que te ha cuidado... ¿No lo recueldas?
— Mhh, sí. Es linda.
— Obvio. ¿Tienes sus redes sociales?
— No, supongo que esperaba que el destino nos encuentre de nuevo — Solté una pequeña risa
-—Ajá, ahora me llamo destino. Pon en Instagram "itsyoungmiko"
Busqué el usuario que me había dicho Riri, y la encontré. Era algo famosa, al parecer tengo buena suerte.
— ¿Qué esperas? Háblale puñeta.
— ¿Eh? Ni se debe acordar de mí.
— ¡Háblale!
— Pff... Bueno.
Abrí el chat un poco nerviosa, supongo que el destino si estaba de mi lado.
"Hola... Soy la chica del supermercado y la fiesta, una amiga me pasó tu Insta."
Lo envié un poco temblorosa, es definitivamente lo más patético que hice en toda mi vida.
— Eso es. Ahora vamos a comel algo, me muero de hambre. — Me levantó rápidamente de la cama, y me guió hacia la cocina.
En el camino hacia la cocina, mi celular sonó. Revisé de quién era, y era exactamente de esa chica linda... Al parecer está pendiente.
— "Hola."
Bueno, supongo que por algo se comienza...
"¿Cómo estás?"
— "Bien, ¿Tú?"
"Mal, parece que me están taladrando la cabeza."
...
La conversación siguió normalmente, yo volví a mi casa y seguí hablando con ella. Conectamos perfectamente, parecía que nos conocíamos desde hace años. Quedamos en vernos más por la noche, ya que ella tenía una agenda un poco apretada.
— "¿Dónde nos veremos?"
"¿En mi casa?"
— "Claro. Te veo a las 20:00hs"
"Te espero. :)"
De puros nervios, ordené perfectamente todo, aunque nunca fui de dejar las cosas desordenadas. Me producí un poco más, poniéndome un vestido, maquillaje y unas argollas.
Estaba en mi momento de paz, hasta que el timbre me interrumpió. Corrí a la puerta y la abrí, no iba a dejarla ahí esperando.
— Holaa. — Dijo ella, regalándome un sonrisa.
— Hola Vic.
Las dos entramos a la casa y nos sentamos en el sofá.
Charlamos un gran rato, no sé de dónde salían los temas de conversación, pero me encantaba como fluía todo.
— ¿Sabes qué me parece loco?
— ¿Mhh? — Dije yo un poco confundida
— Hace unos días te insulté, luego te cuidé y ahora somos amigas... Nunca tuve una transición así de rápida.
— ¡Yo menos! Pensé que no nos volveríamos a ver desde lo del supermercado; pero, ¿Cómo es que te empecé a caer bien así de rápido? Fue de un día para el otro, literalmente. ¿Te había pasado algo el día del supermercado? Porque terminaste siendo una persona muy buena.
— Mh, no lo sé. Supongo que el día del supelmelcado estaba muy estresada.
— Ah, te entiendo.
— Eh... Me tengo que ir. Nos vemos, ¿Sí?
— Oh, claro. Ven.
La noté bastante incómoda, aunque no supe la razón. Le abrí la puerta y saludé, para luego tirarme en mi cama.
¿Será la pregunta de cómo empecé a caerle bien? ¿Será que la incomodé por preguntarle qué le pasó el día del supermercado? No sé que hice mal... Pero me está carcomiendo la cabeza pensar que tal vez no hablaríamos más, cuando ya había dado el paso de encontrar sus redes sociales y hablar.
Bueno, tal vez sólo estaba exagerando; tal vez mi mente me jugó mal y ella no estaba incómoda.