Capitulo cinco

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El día más odiado llegó.

Jungwon no paraba de soltar gruñidos a las enfermeras mientras sostenía a Harua contra su pecho. Ese día era el día de las primeras vacunas del cachorrito y Yang tenía su instinto de protección al 100%, desde que se despertó en la mañana no había soltado a su hijo en ningún momento, ni siquiera dejó que Heeseung lo tenga en brazos.

Al llegar al hospital con el pediatra, no paró de mostrar sus colmillos y gruñirle al equipo médico. Las enfermeras y Jeon Jungkook, el pediatra, no sabían que hacer para calmar al omega, si se acercaban el rizado gruñía. Y el alfa tampoco sabía que hacer, su novio no dejaba que toque a su hijo y solo podía estar cerca a cierta distancia.

Heeseung se sentía nervioso y algo avergonzado por el comportamiento de Jungwon, también algo tonto por no saber calmarlo.

---Won...

---¡No!--- Gritó ---¡Mi bebé! ¡Mío! ¡Aléjense!

Heeseung apretó los labios. Jungwon nunca usaba su voz de omega a no ser que este en celo o muy enojado, cosa que normalmente no pasaba, pero ahora estaba demasiado furioso.

La voz de omega muy pocos la tenían, solo uno entre cien la poseían y Jungwon es ese uno. La voz de omega se dividía en dos: una parte es en los celos, esta sirve para seducir a los alfas y así lograr tener relaciones sexuales, era una voz melosa, como un ronroneo y podía sonar algo jadeante. La otra parte solo se activaba si el omega estaba furioso o sintiéndose amenazado, se usaba para tratar de asustar o ahuyentar a la supuesta amenaza, esta se escuchaba como un gruñido, ronca y fuerte.

Lamentablemente pocos omegas en el mundo poseían esa voz. Los que la poseen eran catalogados como omegas especiales.

El alfa se acercó ignorando los gruñidos de Jungwon y lo tomó por los bíceps delicadamente. Su gesto se suavizó al tener al alfa cerca.

---Amor, es para que el bebé esté bien, ¿si?--- Habló de la forma más calmada que pudo.

---¡No! Le harán daño--- Su gesto cambió, sus ojos brillaron y su labio inferior tembló ---Le dolerá, va a llorar, Hee...

---Lo sé, cosita, pero es para que crezca sano--- Dijo acariciando su mejilla. Jungwon apretó los labios, indeciso.

---Puede sentarse con Haru en su regazo--- Propuso Jungkook.

Luego de darle una rápida mirada a su alfa, se sentó en la camilla con su hijo en su regazo, frente a él se colocó el pediatra con una cálida sonrisa y una jeringa en la mano. Una de las enfermeras se acercó y limpió una parte del muslo de Harua donde iría el pinchazo.

Jungwon mordió el labio inferior con miedo y preocupación.

El pediatra hacía gestos o cantaba para tratar de distraer a Harua a medida que acercaba la jeringa a su pequeño muslo. El niño movía sus manitos a la vez que soltaba tiernos soniditos, todo se transformó en un fuerte llanto por el dolor que sintió en su pequeña extremidad.

Jungwon pegó más a su bebé a su cuerpo sintiendo las lágrimas resbalar por sus ojos, Heeseung se acercó y sobó la espalda de su omega dejando unos besos en su mejilla murmurando que ya faltaba poco para que puedan salir de allí.

Una vez el otro muslo estuvo desinfectado, otro pinchazo perforó su delicada y blanca piel, Harua lloró más fuerte y se removió en el regazo de su padre pasando sus manitos por su carita. La joven pareja salió del consultorio, Heeseung sosteniendo al pequeño en sus brazos todavía llorando y Jungwon secando sus lágrimas soltando sollozos casi inaudibles.

---Ya no quiero más--- Sollozó Yang sosteniendo a su bebé en brazos una vez entraron al auto para dirigirse a casa.

Heeseung llevó una de sus manos a la mejilla de su omega dejando un pequeña caricia, alejando las lágrimas.

---Sé que no te gusta, amor, a mí tampoco me gusta verlo sufrir. Pero es por su bien, para que este sanito--- Explicó moviendo su mano hasta el piecito de su hijo, lo tomó entre sus dedos pulgar e índice moviéndolo levemente de arriba abajo. El cachorrito soltó un pequeño gorgoteo haciendo sonreír a sus padres.

Jungwon suspiró ---Ya sé, Hee, pero no me gusta... ¿Tienes clases hoy?

---No, solo una reunión con los directivos--- Respondió doblando en una esquina ---Salgo temprano, si quieres podemos ir a cenar a algún lugar.

---Me gustaría--- Sonrió desabrochando su camisa, pues un Harua bastante hambriento tironeaba de esta.

El viaje a casa fue casi silencioso, pues lo único que se escuchaba era a Harua succionar el pecho del omega y la voz de Miley Cyrus reproduciéndose en la radio cantando Island. Al llegar a casa el alfa dejó a su pequeño durmiente en su cuna, al volver a la cocina soltó una risita al ver a Jungwon quitando los restos de leche de su pezón y torso con un pañuelo descartable.

---No te rías, es horrible estar normal y que de la nada salga leche de tu pezón manchando tu ropa--- Se quejó haciendo una mueca y tirando el pañuelo a la basura.

---Me di cuenta, hay más remeras y camisas tuyas para lavar que mías--- Sonrió tomándolo de las caderas ---Vas a estar así por tres años más.

---No me lo recuerdes, amor.

---Jamás pensé verte con pequeños senos, te ves bien. Muy sexy--- Jungwon soltó una carcajada sin evitarlo.

---¿Me coqueteas?--- Preguntó pasando los brazos por el cuello del alfa, enredando sus dedos en el liso cabello.

---Puede ser...--- Respondió picoteando los labios del menor ---Todavía tengo una hora para irme a la junta y Harua duerme como un tronco.

Jungwon sonrió relamiéndose los labios ---Aprovechemos el tiempo entonces...

♡♡♡

Heeseung realmente odiaba las juntas, lo agobiaban y le deban sueño. Siempre era lo mismo, sentarse en una silla, apoyar el codo en el apoyabrazos y sostener su rostro con su mano tratando de no dormirse por la pausada voz del director. Estaban hablando del cierre de notas y de cómo evaluarían a los alumnos, preguntaba profesor por profesor y al tener su turno era la misma respuesta. Con un examen.

Dios, no veía la hora de irse nuevamente a su hogar.

Jongsuk estaba a su lado y cabeceaba de vez en cuando por el aburrimiento. Por suerte no era el único.

A paso perezoso llegó a su auto y suspiró pesadamente al sentarse en el asiento, arrancó el auto dirigiéndose a una panadería para acompañar con algo el café que se hará cuando llegue a su casa. Cerró la puerta detrás de él, dejó las compras en la mesa ratona y empezó a quitarse el saco y la corbata sin apuro alguno.

---¡¡Heeseung!!

El alfa dejó caer su ropa el suelo y corrió hasta donde provenían los gritos de su omega, golpeándose el hombro con el umbral de la puerta de la habitación del cachorro.

---¡¿Qué?!--- Gritó algo agudo y asustado.

Jungwon le puso a Harua frente a su cara con una gran sonrisa y ojos cristalizados. No estaba entendiendo nada.

---¡Matthew! ¡Me sonrió!--- Exclamó alegre ---¡Mira, mira, mira!

Acomodó mejor al cachorrito y comenzó a hacer gestos graciosos logrando que el pequeño sonría y suelte una muy pequeña risa. Era la primera vez que hacía eso. Al alfa lo tomó en brazos y comenzó a besar sus regordetas mejillas deseando volver a escuchar esa pequeña risa, cosa que logró.

Jungwon se colgó de sus hombros abrazándolo y dejando besos en su cara hasta llegar a sus labios. Sin dudas, el más alegre era él.

---Tiene tu sonrisa--- Murmuró el alfa con ojos soñadores.

Sin duda, cualquier pequeña cosa que hiciera Harua hacía latir el corazón de sus padres de forma descontrolada.

Fueron a cenar a un restaurante luego de unas horas, el pequeño veía todo a su alrededor con sus ojitos de siervo y señala cualquier cosa con su dedito soltando balbuceos. Al llegar la noche, le tocó a Heeseung hacer dormir a Harua, el alfa estaba acostado en su cama con el pequeño apoyado justo donde estaba su corazón y con su mano daba palmaditas en su trasero. Se suponía que solo tenía que hacer dormir a un solo bebé, pero su omega estaba en la misma posición que su hijo, solo que del lado derecho, también dando pequeñas palmadas para dormirlo. Así que se podría decir que tenía dos bebés encima.

Cuidando a Harua Yang Lee [Heewon] ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora