II

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"Lo siento ¿Tuviste que esperar mucho?"

Estabas tan metida en tus pensamientos que no habías visto a Hitoshi, lo saludaste con un gran abrazo y una felicitación. De regreso a sus casas lo oíste hablar del examen y sus participantes, junto a las dudas y temores que sintió en ese momento, se veía tan emocionado que no pudiste evitar reír con entusiasmo.

"¿Y tú? ¿Que hiciste mientras no estaba?"

"...muchas cosas HitoHito."

Esta vez fue tu turno de contarle lo que habías hecho. Subiendo al último vagón del metro, tu querido amigo no podía creer lo que le estabas diciendo.

"Déjame ver si entendí. El director de la UA te secuestro, te arrastró por toda la escuela y te mantuvo cautivada en su oficina alegando que veía potencial en ti, lo rechazaste, solo para terminar negociando terrenos a tu nombre a cambio de cumplir su petición? Wow, solo wow."

"No lo hagas sonar como si yo los hubiera exigido, él fue el que intento sobornarme con dinero yo solo di vuelta la situación. Pero oye hay dos ventajas de esta situación, uno voy a estar en la misma escuela que tú y dos ¡Tengo terreno en Miyagi y Tokyo!"

"En serio sí que eres alguien..."

Ambos decidieron dejar la emoción de lado al ver la hora, hace ya bastante que había oscurecido y no querían preocupar a sus familias. Te despediste de él después de dejarlo en la puerta de su casa, hace ya un tiempo que Hitoshi había dejado de intentar invertir la situación, pero termino dejándolo cuando vio que no podía discutir contigo, después de todo de camino su casa era la que quedaba primero, tu por otro lado debías de tomar otro tren hacia el distrito de Omiya y pasar por el santuario Hikawa-jinja para poder regresar a tu casa.

"¡Ma, ya llegué!"

"¡Bienvenida, cariño! ¿Como te fue? ¿Hitoshi-kun aprobó?"

Caminaste por el extenso pasillo, a veces deseabas que tus padre hubiesen comprado una casa moderna en vez de una antigua. Sin embargo, cuando piensas en el costo de ellas y el ruido de la ciudad, el pensamiento desaparece de inmediato. Además, el diseño era lindo, siempre te hacía pensar que estabas en la antigua era y eras un ninja, jugabas con tus hermanos de vez en cuando interpretando el papel.

"Bien, HitoHito estaba nervioso cuando llegamos, pero supe solucionarlo. Por otro lado..."

Tu explicación parecía haberle quemado un fusible, te levantaste rápidamente antes de que el cuerpo de tu madre tocará el suelo de madera.
Esta situación se repitió por otras cinco veces, tu padre y hermanos fueron aún más dramáticos.

Tu familia constaba de siete integrantes,  contando al que viene en camino. Tu madre,  Igarashi Mimiko de 44 años, conoció a tu padre, Igarashi Koga de la misma edad, en primero de secundaria. Mimiko era conocida por ser una peligrosa Yankee de Majisuka Gakuen, se enamoró de Koga a primera vista luego de que le salvará la vida. Se casaron apenas cumplir la mayoría de edad y tuvieron a su primer hijo a los  19 años. Igarashi Tōru, de 25 años, saco la personalidad fuerte de tu madre por lo que siguió sus mismos pasos en el ámbito de la delincuencia y así mismo conoció a su esposa, Igarashi Mío, con quien tiene dos gemelos, estudio Pedagogía en matemáticas y trabaja de ello actualmente.

Igarashi Miho, la segunda hija con 23 años, al igual que su hermano, adquirió la personalidad de su madre, se declaró bisexual a los 18 y vive felizmente con su novia, Aohitsugi Nemu, a quien aprecias mucho pues te consiente a menudo, estudio Ingeniería en Comercio. El tercer hijo, Igarashi Wataru de 20 años, posee la misma personalidad de tu padre, aún que sea tímido y tranquilo, es extremadamente celoso con sus hermanas, al punto de que cuando escucho que Shoto te propuso noviazgo corrió en su búsqueda para "eliminarlo", actualmente está cursando su segundo año de Ingeniería en informática. La cuarta eres tú quien saco una versión combinada de ambas personalidades, y el quinto es Igarashi Tarō que viene en camino, pero apuestas que sacará la personalidad de tu madre por como patea.

"¡Más les vale a esos mocosos hormonales que ni piensen en tocarte un solo cabello!"

"¡Eso, eso!"

"Chicos, por favor calmense."

Tu padre intento regular a las cuatro bestias que tenía por esposa e hijos, mientras que tú devorabas divertida tu comida.

"Entonces, ¿Que departamento elegiste, mi cielo?"

"En el departamento de Gerencia."

"¿De qué se encarga específicamente?"

"Se centra en todos los aspectos del negocio heroico, desde la fundación y gestión de agencias de héroes hasta la promoción de la opinión pública sobre los héroes. Incluso dan lecciones prácticas sobre el capitalismo de riesgo o eso fue lo que escuche por ahí."

"¿Básicamente serás responsable de quien va y donde irán a la hora de hacer las pasantías? ¡Genial! Tienes sus futuros en tus manos."

Sudaste un poco ante la conclusión de Tōru, decidiste no comentar al notar las expresiones de tus hermanos y madre, era bastante claro que pensaban lo mismo. Terminado la sobremesa, costumbre pasada que incorporaste hace mucho en tu familia, subiste a tu cuarto y te tiraste de lleno a la cama, estabas apunto de entregarte a los brazos de Morfeo cuando tú celular suena indicando una videollamada, contestaste sin ver el nombre.

"¿Mandé?"

"Vaya, nunca espere que me recibieras con esas fachas. ¿Es acaso una indirecta?"

"...¿Que quieres, Mirko?"

"Nada, solo quería ver a mi sexy borreguito.

"...Voy a colgar."

No, espera!¡Solo bromeaba! Escuche por ahí que entraras a UA por recomendación del Director."

"Si, fue más bien un trato comercial."

"No preguntaré por eso. ¿Estarás en la clase de Héroes?"

"No, en la de gerencia. Lo mío no es salvar gente."

La conversación duro un par de minutos más antes de que a Mirko le surguiera una reunión de emergencia, se despidió de ti con un ruidoso beso, rodaste los ojos mientras escuchabas de fondo la voz, del tan conocido héroe pollo.

Te quedaste mirando la pantalla de tu celular, pensando en el futuro, en lo que pasaría de ahora en adelante, se supone que no debes de estar aquí, ni siquiera existir. Por un lado te sientes aliviada de no estar en la clase protagonista de la historia, si bien no te podías alejar por completo del peligro, si podías lo bastante para no tener que temer por tu vida ni la de tu familia, nada de amenazas, luchas de muerte ni compañeros dramáticos y traumados, eres libre de hacer lo que quisieras sin cambiar el canon. Por otro lado sientes que de alguna u otra forma esto no será tal cual piensas, que por algun cliché de fantasía estarás más involucrada de lo que esperabas, una señal de que ocurrirá es el hecho de que el mismísimo director te obligara a matricularte en su escuela sin opción de negarte (pero agradecias tener terrenos).

Mientras más pensabas, más te daba vergüenza ajena y ansiedad al recordar alguno de los primeros fanfics en inglés de la serie, solo rezabas a Jesucristo que tu mal presentimiento no fuera real.

"No quiero ser tu mejor guerrero, prefiero ser el caballo de un extra."

Al Parecer La Paz Nunca Fue Una Opción [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora