Cuando Lee Won despertó se encontró presa de unos fuertes y firmes brazos, todo su cuerpo dolía como la mierda y podia ver mordidas y chupones en sus piernas, definitivamente ese era una bestia. Al momento de querer bajar de la cama se topó con un espejo y fue que pudo observar en su totalidad lo desastroso que había quedado su cuerpo, aunque palideció al ver lo que tenía en su cuello.
- no, no, no - repetía una y otra vez, puso su mano en aquel sitio donde se veía la herida y comenzó a temblar-
- buenos días cariño -se el acercó Caesar por la espalda y le beso el lugar de la marca-
- sueltame -dijo molesto y se separó del mayor, aunque por no tener fuerza en sus piernas cayó de rodillas al piso-
- debes fortalecerte si vas a tener a mis bebés -sonrio el rubio que lo cargo y lo llevaba en sus brazos hasta la tina-
Lee Won no podía creer todo lo que estaba pasando, estaba enlazado a ese maníaco sexual y traicionero.
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Vladimir no había dormido en toda la noche y ya tenía ubicado el lugar donde se estaba quedando el zar con Lee Won, algo bastante discreto para no llamar la atención, se habían encargado de los hombres que vigilaban, hoy sería el día que acabaría con el zar, ya todo estaba listo.
Mientras Vladímir daba los últimos toques para acabar con Sergeyev, nadie haría llorar a Lee Won y salirse con las suyas.
Por su parte en el sofá se encontraba Lee Won que aún seguía en una especie de shock, se encontraba atado a ese sujeto que lo veía solo como un juego, desde su lugar podía verlo cocinando algo que olía bastante bien. Todos sus pensamientos fueron interrogantes por un estruendo y al ver entrar a una gran cantidad de hombres a la casa, lo primero que hizo fue saltar del sofá y ubicarse en un lugar seguro, podía tener cada músculo adolorido, pero no iba a morir sin dar pelea.
El zar apenas noto que invadían su lugar, tomo su arma y el cuchillo con el cual estaba cocinando, comenzó a disparar y lanzar cuchillos a todos aquellos malditos que se habían atrevido a entrar.
- vaya vaya -dijo una voz que ambos conocían- se acabaron las balas -dijo con prepotencia- ha llegado tu hora Sergeyev
- Vladimir -dijo Lee Won e inmediatamente corrió a donde estaba el menor-
- que bueno, estás a sal -sus palabras fueron interrumpidas al ver la marca en el cuello del azabache- ese maldito -gruño y sus feromonas eran prueba de ello-
- aleja tus manos de mi Omega -dijo completamente enojado y con los ojos rojos, apunto a Vladimir y apretó el gatillo del arma-
Lee Won veía todo pasar en cámara lenta y su cuerpo se movió por su solo.
Vladimir abrió sus ojos de par en par y comenzó a derramar lágrimas
- eres un idiota -dijo el rubio al ver cómo la bala había dado en el hombro del azabache-
- y tú un bebé llorón -puso su mano con suma delicadeza en la mejilla del menor-
El zar presa de su ira iba a disparar nuevamente, pero los hombres que habían entrado lo estaban evitando, aunque poco podían hacer, el alfa los estaba acabando.
- larguemonos de aquí -dijo Vladimir que cargo a Lee Won-
Ambos subieron a un auto, dejaron al zar rodeado de cadáveres y lleno de sangre por todas partes y lo peor, complemente enfurecido, estaba sin su Omega.
- el señor Lomonosov nos espera en una ubicación confidencial, luego iremos a Moscú - lloraba a mares por haber recuperado a Lee Won-
- tengo una maldita bala en el hombro -lo miró molesto- llévame a un doctor y deja de llorar, pareciera que la bala la tuvieras tú
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Holiwis
Espero les guste este pequeño capítulo
Vladimir se llevó a Lee Won
Lee Won deja se saltar al peligro, aunque al zar no le importaba darle otro tiro si eso ayudaba a matar a Vladimir
Dudas o sugerencias
Se vienen muchas sorpresas
Gracias por leer votar y comentar
Nos vemos
Un beso y hasta pronto
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MALDITO DESTINO (OMEGAVERSE) ROSES & CHAMPAGNE
FanfictionEn la fría ciudad de Moscú se encuentra un amor imposible entre un Omega y un alfa de diferentes organizaciones, el destino muchas veces hace jugadas muy crueles e inesperadas. ¿podrá este amor sobrellevar las adversidades?