𝒅𝒐𝒔!

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Carlisle miraba atento a Dante, de nuevo, al igual que la vez pasada estaba rodeado de almohadas y cobijas, su rostro sereno y tranquilo. No estaba durmiendo, solo cerraba sus ojos. La mano del mayor acarició su cabello, y beso su frente, los ojos de Dante se abrieron lentamente, parecía adormilado, sus ojos estaban entrecerrados y la mirada perdida en él.

—Dan...

—Mhmm— se restregó en la gran mano.

—Es hora de irnos, tenemos que tomar un avión.

—Es verdad...— dijo suave, volviendo a cerrar los ojos —¡Carlisle!— se levantó de prisa —¡No tengo acento inglés!

Carlisle soltó una carcajada.









Empezar de nuevo no era fácil, menos cuando se llegan a un país distinto, la cultura era distinta al igual que las personas. Sin embargo, al contrario de lo que pensó Carlisle, Dante estaba muy tranquilo.

—¿Ese es el Big Ben?— preguntó Dante señalándolo —Lo vi en la revista del avión— sus ojos brillaron. De igual manera, Carlisle estuvo nervioso todo el viaje por la cantidad de gente que hubo en el avión y aeropuerto, siempre tomando la mano de Dante y llamando su atención cuando alguna persona pasaba muy cerca de él, por ello, prefirió comprar en primera clase para evitarle incomodidades a alma gemela. Dante por su parte lo estaba haciendo muy bien, alejándose por su propia cuenta de las personas y ocultando su rostro en cualquier parte cerca de Carlisle para mejor oler el aroma de él.

Pero algo que el azabache pudo notar del ambiente mucho más que la sangre en las personas, el notaba sus miradas hacía ellos, lo sabía, sabía que las personas no estaban cómodas con las muestras de afecto entre hombres, así que apretaba con fuerza la mano de Carlisle, pues aquello le incomoda mucho más que el liquido que recorría en las venas.

—Así es, Dan— el rubio puso su barbilla en el hombro del más joven  y pasó sus brazos por su cintura en modo de abrazo. El azabache se tensó, estaban en público —Londres cambió considerablemente desde la ultima vez que vine—

—¿Cuantas veces has venido?

—Algunas veces... bueno... muchas veces— Dan con aquello soltó una tímida risa que terminó pronto al recordar su posición y el hecho de estar en público que le hizo bajar su mirada y por supuesto, Carlisle lo notó —¿Qué sucede?

—No, nad- un fuerte sonido los interrumpió, al igual que el grito de una mujer, una botella de licor estaba a sus pies, los pedazos de vidrio derramados por todo el suelo y en sus ropas, si fueran humanos ya estarían muy lastimados. Los instintos del rubio miraron como es que un auto arrancaba a velocidad mientras un hombre dentro de él gritaba insultos; pero el olor a sangre lo hizo alarmarse, siguiendo el olor hacia una mujer cerca de ellos, quedó paralizado, pues no sabía si tomar a Dante y alejarlo rápidamente de ahí o ayudar a la pobre mujer que perdía mucha sangre. Optó por lo primero al ver a la gente acercarse aunque solo a mirar, acercó su mano al brazo de Dante para alejarlo pero rápidamente el joven se alejó de él para acercarse a la mujer. Carlisle creyó lo peor.

—Hola, me llamo Dante, soy doctor, ¿Cuál es tu nombre?— el azabache la distrajo mientras se quitaba la bufanda y hacía un torniquete, la mujer tenia un gran vidrio en su pierna.

—A-amanda, estoy... sangrando mucho... me duele

—No te preocupes, te llevaremos al hospital y estarás bien—Dan terminó de revisar a la mujer si no es que había más heridas o otras complicaciones, fue entonces que cruzó miradas con un Carlisle en shock, pero al ver que el azabache trago duro y apretó su mandíbula con fuerza lo hizo reaccionar, pasó un brazo por sus piernas y su espalda cargándola con cuidado mientras el más joven pedía un taxi.

No tardaron en llegar a emergencias y pedir atención para la mujer. En la sala de espera, ambos vampiros miraron como llevaban a la mujer para ser atendida. Carlisle miró a Dan, y Dan miraba sus manos, estaban manchadas de sangre. El azabache giró su mirada hacía el rubio, sus ojos se veían decaídos, pero aquella mirada cayó en la camisa del mayor que estaba igual o peor que sus manos.

—I-ire... a lavarme...— dijo Dante cabizbajo.

—Voy contigo.

—Disculpe— una enfermera se acercó —¿Son familiares de la señora?

—No, estábamos en la misma calle

—Aún así, ¿puede llenar unos papeles?— Carlisle miró a Dante y él se asintió mientras iba al baño.

Dan miraba sus manos, el olor metálico era fuerte, aunque no era apetecible, hacía salivar su boca aunque produciera poca, se preguntaba, ¿porque los vampiros existían? ¿cual era su propósito? aunque llevara poco tiempo siéndolo, extrañaba dormir, comer, sudar, sangrar ¿los humanos necesitaban un depredador? ¿porque el depredador podía conservar aun su moral y humanidad? Dante acercó su mano a su boca, estaba ahí, tan cerca de sus labios, de su lengua de su sabor, tembló, rápidamente abrió la llave de agua la sangre se secó, así que fue más dificil limpiarla... no lo haría, se lo prometió a él, le prometió aquel único rayo de luz en su vida que no bebería de la sangre humana. Lucharía contra si mismo antes de hacerlo, porque si llegara a defraudar a Carlisle, ya nada le quedaría en este mundo.

Estaba tan concentrado en el agua recorriendo sus manos que brincó al sentir el tacto de Carlisle en su cintura —¿Estas bien?— lo miró a travez del espejo, su camisa estaba manchada de sangre, la camisa que en la mañana se le veía tan bien. Dante solo asintió —Por favor, dime lo que piensas... eres mio Dante— recargó su frente en su hombro, parecía frustrado —tus penas, preocupaciones y sentimientos son míos al igual que tus sonrisas, caricias y suspiros, no te lo guardes...

Dante se quedó en silencio, él jamas compartió sus sentimientos con nadie, porque no había nadie que los escuchara, siempre se sintió solo en el mundo, aquel sentimiento de dolor y vació en su pecho era tan normal para él que no le importaban los sentimientos contrarios a estos.

—El mundo... está lleno de sangre y odio...

—Siempre ha estado así... pero aunque el mundo se enoje, odie, repudie y sangre, yo estaré para ti, para amarte y protegerte eternamente de todo aquel sentimiento que pueda oscurecer tu corazón y mente— Carlisle se incorporó girando a Dante por la cintura para mirarlo frente a frente —Aunque todo el mundo nos odie y nos quiera dañar, haré lo que esté en mis manos para que aquello no te afecte. No podemos cambiar la sociedad, pero podemos demostrarle que aunque ellos estén llenos de odio, no nos verán sangrar por ello.

—Yo también quiero protegerte— unas ligeras lagrimas en los ojos del azabache se formaron.

—Nos protegeremos juntos...

—Y eternamente— ambos compartieron un lindo beso sin importarles nada más que ellos.





holaaa, es uno cortito, pero quería mostrar un poco sobre la homofobia, porque realmente de acuerdo con mis fechas, Dante y Carlisle llegarían a Londres aproximadamente en 1973 y digamos que la sociedad seguía siendo horrible aunque fueran todo se comenzara aceptar muuuuy poco.

Los capítulos de Londres serán como escenarios sobre ellos, más que una continuidad como tal, solo como momentos entre ellos, después viene lo de Forks que ahí se pone más serio todo. 

Gracias por sus comentarios, los tqm <3

¹𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔  ✧ ཻུ۪۪˗ˏˋ៚┋𝖼𝖺𝗋𝗅𝗂𝗌𝗅𝖾 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora