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Una fuerte tormenta cae afuera de la mansión

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Una fuerte tormenta cae afuera de la mansión.

El sonido de las gotas cayendo contra la ventana es lo único que se escucha dentro de la fría habitación, Antonny está sentado frente a la chimenea que yace apagada, mueve ligeramente la copa de whisky que tiene en su mano antes de darle un gran sorbo. Me encuentro sentada en el sofá de terciopelo mientras observo mis manos con total aburrimiento. La pequeña habitación está iluminada solamente por las farolas que se encuentran afuera de la mansión, las cuales iluminan levemente el rostro de Antonny.

—¿No te ibas? — su voz hace eco por toda la habitación, al ver que no respondo suspira — ¿No vas a responderle a tu esposo, Leora?

—Si mi esposo tuviera la suficiente decencia en mirar a su esposa, podría responder — lo escucho resoplar antes de mirarme por el rabillo del ojo — Hasta donde yo sé, este lugar también es mío, así que, ¿por qué debería irme, Antonny?

Veo como él encara una ceja y se queda en silencio por unos segundos totalmente fastidiado de mi actitud, aunque después de tantos años debería estar acostumbrado.

—Porque este ya no es tu hogar, te lo advertí desde un principio, si me traicionabas a mi o a alguno de los míos y me iba a deshacer de ti, Leora — su voz es igual de fría como su expresión — ¿O pensaste que por ser mi esposa y amarte,  iba a olvidar mis advertencias?

Me encogí de hombros, restándole importancia al asunto y eso no le gustó para nada a Antonny, quien deja el vaso sobre la mesa y esta vez sus ojos grises me observan con total seriedad.

—Sigues creyendo que fui yo, pensé que serías más listo, pero me equivoqué — Me pongo de pie y sonrío levemente cuando noto la tensión en su mandíbula — Si tanto quieres que tu esposa se vaya de aquí, lo haré con mucho gusto, pero quiero dejarte algo claro Antonny —me acerco hacia donde está él y mis manos agarran sus mejillas — Si atravieso esa puerta, jamás volveré a este lugar, tendrás que rogarme demasiado y puede ser que me lo piense. Recuerda lo rencorosa que puedo llegar a ser, cariño.

Antonny se aleja de mi toque mientras frunce el ceño, por mi parte simplemente atravieso esa puerta en total silencio, teniendo algo muy claro... Encontrar al imbécil que se atrevió a arruinar mi matrimonio.

Dulce Pecado (1) 𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐 𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora