┊┊┊✧ DESCENDIENTE ⁺ ⁺  

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La fiesta finalizó aproximadamente a las dos de la mañana, y ahora ahí estaban ambos alfas, peli-gris y pelinegro, despidiéndose de sus padres ya que apartir de ahora iban a convivir en la casa que el padre de Jungkook les compró como regalo de boda.

Ambos padres se despedían desconsoladamente de sus hijos, al menos eso aparentaban.

—Bueno, hijo, cuida mucho a jungkook -le dijo el alfa abrazando al peli-gris, antes de irse y subir al coche que los esperaba.

—Ni creas que olvide el show que armaste hoy.

La alfa dijo antes de alejarse.

Taehyung quedó ahí parado cabizbajo. Luego reaccionó e ingreso a la casa cuando vió el coche de sus padres retirarse.

La casa era realmente enorme, se preguntaba desde cuando sus padres y los de Jungkook tenían planeado comprometerlos, porque no creía que del momento o en un día pudieran conseguir un lugar tan lujoso como éste para vivir.

Siguió observando la casa en lo que esperaba a Jungkook.

—Recuerda que la salvación de nuestro clan está en tus manos Jungkook.

—No nos decepciones, Jeon.

Fue lo último que dijeron a su hijo, el alfa y el omega, antes de también retirarse.

Jungkook asintió para si mismo, sujeto su maleta e ingresó a la casa.

Encontró a Taehyung observando las pinturas que decoraban las paredes de la casa.

Por lo poco que lo había observado en la fiesta, y ahora, se daba cuenta que tenía la manía de presionar siempre sus dedos cuando estaba nervioso.

—Oh, Jungkook-

Taehyung dijo nervioso, al verlo parado a unos pasos de el.

—Silencio. No quiero oírte.

Lo interrumpió pasando por su lado.

—Yo lo siento mucho, lo menos que quiero es incomodarte, en serio, yo no sabía que mis padres me llevaban a esa fiesta para comprometerme contigo.

—Ajá, como digas.

—Es la verdad, yo no lo sabía pero creo-

—Cállate, ya no digas nada.

Taehyung lo escuchaba nervioso, sintió duda cuando lo vió levantar su mano para llevarlo a su cuello y cubrirlo, a parte del gesto molesto que hizo cuando rozó éste.

—Jungkook yo creo que somos destinados.

Pasaron minutos dónde espero que dijera algo pero al final obtuvo la risa incrédula de éste.

—Lo que faltaba, que mi prometido sea un jodido loco, papá gracias de nada por atarme a un demente.

Taehyung quiso hablar pero el pelinegro no se lo permitió.

—¿De dónde rayos es que sacaste la idea de ambos somos destinados, eh?

El peli-gris comenzaba a sentirse avergonzado con el sólo pensamiento de haberse equivocado. Pero una parte de si lo convencía de no estarlo aunque no supiera que era.

—Y si fuera así, te rechazaría sin dudarlo, pero para mi suerte no lo eres, no eres mi pareja destinada, así que más te vale y que por tu bien, olvides esa estupidez.

Taehyung no supo que contestar. Cómo hacerlo cuando lo único que rondaba por su mente era el rechazo de Jungkook. Le dolió aunque no fuera realmente su destinado. Como el pelinegro decía.

DESCENDIENTE, taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora