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⌊ENCANTADA DE CONOCERTE⌋
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AL SUBIR AL DESVÁN, ELLA ADMIRÓ EL LUGAR. Solo una o dos veces estuvo ahí cuando Nathan la invitó a la casa. No obstante ya estaba muy diferente desde la última vez que subió.
—¿Y qué te parece?–le preguntó Alex estando detrás de ella.
–Es... vaya. Me gusta–confirmó caminando por el lugar para observarlo de más cerca.
—Creí que sería mejor que hiciéramos aquí el proyecto, para no tener a la familia distrayéndonos–agregó Alex llegando a su lado.
Isabelle se encaminó hacia el muro donde vio los nombres de los Walter. Nathan le había contado que cada vez que cumplían años subían al desván para medirse y dejar con un marcador lo cuanto que han crecido.
—La ultima vez que subí aquí, Nathan media menos de 1.60 y ahora ya creció tanto–agregó sonriendo.
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Así que retomaron su discusión sobre de que sería el proyecto, pero Isabelle parecía más entretenida jugando con su teléfono por lo que el azabache se impacientó. Se levantó de la silla caminando hacia ella, le arrebató el móvil alejándose de la pecosa que se molestó cuando éste se lo quitó de sus manos.
—Alex devuélveme ese teléfono si no quieres una patada donde no te da la luz–amenazó tratando de ir tras él.
—Primero el proyecto y después el teléfono–mencionó él aún esquivando a la pelirroja.
—Pareces mi mamá, ya dame mi teléfono–le quiso quitar su móvil de sus manos pero él estiró el brazo riendo–. No es gracioso. ¡Ya entrégamelo!
Isabelle al estar furiosa no se había dado cuenta que el azabache estaba situado a la orilla del desván, por lo que trató de acercarse más a él hasta el punto de que las puntas de sus calzados pegaran.
