La Duquesa Fiorella

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Del otro lado del país una joven lloraba la pérdida de sus padres y hermanos, estando sola en una habitación de ese orfanato prefirió morir que sufrir ese tormento que vivía. ¿Por qué no murió? Se preguntaba. Estaba desdichada y marchita aún estando enfundada por un pomposo vestido y adornada con las piedras que cualquier jovencita quisiera poseer.
La puerta de la estrecha habitación fue abierta estruendosamente, rayando el silencio que había empezado a perturbar a la joven.

- Duquesa Fiorella, su familiar, el Marqués de Windstor, la espera afuera.- la joven sintió cómo su corazón se aceleraba. Si bien era cierto que adoraba a su tío y a su tía política, la princesa Anne, también lo era que le aterraba la idea de irse a un nuevo lugar, con personas desconocidas y sabrá quién tenga malas intenciones con respecto a su estadía en el palacio del Rey Felipe.
Hacía ya dos días que esperaba la llegada de su tío en ese deplorable orfanato, aún así no se hacía a la idea de irse de su tierra, su hogar y dejar atrás los recuerdos de su familia.

Una lágrima se deslizó por su sonrojada mejilla y la apartó con tristeza.

- Pues ya debe ser hora.- siempre había creído en el destino y las acciones que tienen una justificación, pero no le encontraba una lógica a lo que le ocurría. ¿Tanto la odiaba la vida?
Aún así confiaba en el pensamiento de que todo tiene un trasfondo.

En la entrada de el lugar estaba su tío querido, su gran amigo, tenía una cara horrible que no le había visto nunca y los ojos muy rojos, demasiado.
Soltó su valija y salió corriendo a sus brazos, lo abrazó muy fuerte, era lo único que le quedaba. Para la sociedad no era bien visto un abrazo tan efusivo entre familiares, aún así, el momento lo ameritaba.

- Ellos se fueron, tío. Ellos ya no están.- empezó a llorar en su hombro.

- Lo sé, Duquesa, lo sé. Me tienes a mí, pequeña niña.- la consoló mientras evitaba las ganas de llorar.

Ambos entraron al carruaje que era tirado por cuatro caballos blancos luego de unas cuantas lágrimas más seguidas de una cálida voz reconfortadora.

El viaje fue muy tortuoso para la Duquesa, de su cabeza no salían las imágenes de los cuerpos inertes de sus padres por las numerosas puñaladas, tampoco los gritos de sus cinco hermanas, y aunque suene egoísta tampoco paraba de pensar en lo que sucedería de ahora en adelante con ella, ya no le quedaba nada y por más que su tío la quisiese en algún momento se tendría que casar y alejarse de ese lugar que todavía era desconocido para sus ojos.

Por otro lado el príncipe Erick junto con sus hermanos, fueron llamados por su padre, informándoles así que el palacio y todo un pueblo entraba en luto por una familia que desconocían, pero que para el Rey era importante.

- Es la idea más ridícula que se te ha pasado por la cabeza.- replicó Erick por la idea de guardar luto a una familia que no conocía y todo lo que eso implicaba (no podría comer carne de cordero, tampoco beber, no podía visitar a sus mujeres y era un mes completo de abstinencia hacia la vida...Sólo pensarlo hacía que el príncipe sudara...

- Un día de éstos te mandaré a decapitar, niño. Respétame. Y no es una locura, hasta que de mi último aliento en este reino se hará lo que yo considere mejor para todos. También vendrá la Duquesa Fiorella, sobrina del Marqués de Windstor. Perdió a toda su familia, esa pobre niña no tiene nada, sólo un título y miles de propiedades y bienes, pero está sola, sólo nos tiene a nosotros.- el Rey dio su veredicto y se deleitó con el silencio que guardaron sus hijos.

Los próximos días se guardó luto en todo el palacio, también en todo el pueblo, los pasillos de la gran edificación estaban silenciosos y grises, y los príncipes desesperados porque acabara ese largo mes de abstinencia a los placeres de la vida.

Mientras tanto, el viaje de la Duquesa se hacía cada vez más molesto, le dolía la espalda, los brazos y el cuello, pero lo más lastimoso era el recuerdo de su perdida familia, su corazón ya no podía más con la angustia...

- Llegamos dentro de dos días, joven niña.- le dijo su tío mientras miraba por la ventana, tenía un poco de miedo, esa muchacha aún era joven, él nunca pudo tener hijos y de verdad quería que no le faltase nada...no sabía cómo reponer su corazón.- Cuando llegues recibirás muchos masajes relajantes y quedarás libre de todo dolor.

Imposible... pensó la Duquesa aunque guardó silencio, parecía ser que su cerebro había quedado anestesiado de tanto dolor.

Pasaron dos días de preocupación, ansiedad y cansancio en el reino Lafterys, no aguantaban más el luto, aún así cumplieron con el decreto del Rey. Al fin llegaba la Duquesa que había causado tanta molestia en ese mes. La llegada de la Duquesa Fiorella al palacio, ese casi que detonaría todo en el reino y daría paso a la excepción.

NOTA DE LA AUTORA
Holaaa chicos, les doy las gracias por darle una oportunidad a "Casi la Excepción".
Hasta ahora que les parecen los personajes.
Ya les iba a hablar de Paloma. La protagonista de mi otra novela🤣

¿Qué tal Fiorella?

¿Erick?

¿Harry?

¿Allka?

¿Felipe?

¿Lambert?

¿Anne?

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2023 ⏰

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