Cap 4

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Al terminar de comer Ulquiorra se sintió satisfecho, Dios mío, no creyó que tendría un hambre voraz; pero bueno, tampoco había comido en días. Con sus garras intentó sacar las sobras que quedaron atascadas entre sus colmillos, lo haría de una forma más higiénica; pero algo pequeño como un mondadientes seria difícil de manipular en esta forma.

Ante el sonido constante de una bolsa crujiendo, Ulquiorra miró en dirección a la mujer, quien se encontraba a lado; y al parecer sacó algo.

-¿Cartas? -dijo al notar mejor el objeto.

-Si, ahora que puedes mover más los brazos creí que sería mejor idea jugar esto, solo es recordar reglas, ¿o no quieres jugar? -lo miró mientras sacaba las cartas de su empaque.

-No, me parece bien -dio una sonrisa- reparte.

El tiempo pasaba y seguían jugando , diría que esto lo entretenía; pero no por el hecho de jugar cartas; si no por las expresiones que mostraba su rival: cuando iba a ganar su rostro se emocionaba; al verse indecisa, incluso había veces que él la corrigió sobre las reglas del juego y lucía confundida. Ella ahora era como un infante lleno de emociones consumidas en el juego. Soltó una risa, ella era entretenida.

-¿De qué te ríes? – lo miró aún indecisa sobre qué carta tirar.

-Puedo decir que estas disfrutando esto, Inoue.

Al escuchar eso Orihime se quedó inmovil, además de quedarse sin palabras, volvió a ver sus cartas y en silencio tiró uno.

Continuando con el juego, Ulquiorra se dio cuenta de algo a medida que avanzaban: ella se volvió inexpresiva. Si, desde que lanzó ese comentario comenzó a actuar de esa forma - ¿Pasa algo?

-Nada en realidad -dijo recogiendo una carta. -Tu turno.

- Antes parecías divertirte. ¿Acaso te ofendí?

- No, y solo estoy acompañándote un rato en tu aburrimiento, parte del trabajo. -respondió - ¿Vas a lanzar o recoger una carta?

Ulquiorra recogió una carta, por supuesto, trabajo. -No sabía que también consistía en no tener emociones.

-Por lo menos mostrar la seriedad debida. -explicó. Y finalizada la partida parecía que Ulquiorra no quería continuar. - Saldre un rato y de pasada te traeré comida. -dijo retirándose.

Y Ulquiorra se quedó ahí esperando, pensando que realmente fue descuidado decir eso, esperaba que su "perfil de seriedad" se vaya en la hora de comer.

Tiempo después Orihime volvió con dos bolsa diferentes a la vista, entregándole su bolsa correspondiente: otra vez Ulquiorra con una comida lujosa, y ella con su triste onigiri. pero esta vez su lugar de asiento fue diferente, estaba alejada y sentada cerca de la puerta. Ya no hubo algún tipo de charla, solo silencio.

-Bien, da igual -pensó Ulquiorra mientras comía un bocado.

...

Aburrido, aburrido, muy aburrido, Ulquiorra le dio una ojeada a la mujer, estaba redactando algo, y aún cerca de la puerta . Ahora que Orihime trajo junto con la cena un reloj y lo instaló en la pared él podía saber la hora, y 40 minutos de puro aburrimiento después de haber cenado.

-¿Me traerías algún libro, por favor? -preguntó viéndola.

-¿Alguno en especial?

-Cualquiera esta bien -en realidad no quería leer ahora, pero no tenía más que hacer.

-De acuerdo, veré que encuentro- movió su informe a un lado y se retiró; demorando solo un minuto y le dejó la pila a su lado.

-Gracias -dijo observando primero la pila de 10 libros y después a ella. – No cambias aún tus vendas -notó que la venda de sus brazos aún lucían sucias.

Exorcista de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora