'Apocalipsis Zombi'

<comienzo>

                                      𝗜𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼

Estaba Mati hablando con sus dos mejores amigas, Aky e Iris. Estaban el cambio de clase. Habían 3 chicas vigilando que la profesora no viniera, cuando les avisan que la profesora que les tocaba no había venido. Rápidamente las chicas lo anunciaron a toda la clase y entonces se pusieron a hacer lo que les de la gana.

Mati y sus amigas se pusieron a jugar a verdad o reto. Era el turno de Mati, así que ambas amigas le preguntaron lo siguiente.

-Dinos Mati, ¿te gusta Edd?

Dijeron con una mirada atrevida. Mati se puso nerviosa, pero un tanto tímida le respondió.

-Bueno...puede ser

Iris se puso a gritar y a abrazar fuertemente a Mati, y Aky le daba palmaditas en el hombro

-Pero no se lo digáis a nadie- Aunque Mati confiaba en sus únicas mejores amigas, no quería que nadie se enterase porque sino Edd también se enteraría.

-Tranquila, no se lo vamos a nadie- Dijo Aky mientras Iris seguía abrazandole, ya no tan fuerte.

De mientras Edd estaba jugando con una pelota de papel con el resto de chicos de la clase. Es lo normal, ya que solo tienen 13 años, y todo lo que se encontraban, lo convertían en un partido de fútbol. Se pasaban la pelota de papel entre ellos, hasta que Edd lanzó la pelota demasiado lejos y pudo llegar hasta la otra punta de la clase, donde estaban Mati, Iris y Aky. Él fue a recoger la pelota de papel, que justo había caído en los pies de Mati. Iris y Aky al ver que Edd se acercaba le dieron un pequeño golpe en la espalda a Mati y una mirada atrevida, ella se puso un poco roja, pero se intentó calmar. Simplemente agarro la bola de papel y se la dio a Edd sin decir nada.

-Gracias- Dijo él para luego irse de nuevo con el resto de chicos. Iris y Aky gritaron un poco de emoción, pero tampoco tanto para que los chicos lo esucharan. Igualmente había mucho ruido en la clase. Sólo le intentaban picar un poco a Mati diciéndole cosas como "¿ya sabes el nombre que le vais a poner a vuestros hijos?" Y todo ese tipo de cosas. Mati se sonrojaba un poco y las mandaba callar.

En ese mismo momento sonó el timbre del recreo, todo el mundo agarró su almuerzo y se fueron al patio.