Primario

El comienzo...

Primario.

Capítulo 1: El comienzo.

Una cola gigantesca ondula bajo el agua con tonalidades de azul profundo, dejando una estela de misterio y majestuosidad. Los gruñidos resonantes añaden un toque enigmático al paisaje submarino.

Ojos azules como zafiros resplandecen con ferocidad en el rostro imponente de la criatura, reflejando una determinación indomable mientras corta las aguas profundas. Su mirada intensa despierta una mezcla de admiración y temor entre las criaturas marinas que cruzan su camino.
Una criatura... muy grande, se desplaza majestuosamente, su tamaño imponente desafiando la escala del entorno submarino. Su presencia domina, creando una sensación de asombro y reverencia entre las criaturas marinas que la rodean.

21 de junio del 2006, San Francisco California.

Este es el comienzo de una gran historia.

En San Francisco, conoceremos a Isabella, una niña de trece años que solo quiere tener amigos de verdad. Pero su historia está llena de desilusiones, desde que era pequeña, cuando sus intentos de amistad siempre terminaban en dolor. Ahora, en su primer año de secundaria, la soledad es su compañera constante, tanto en la escuela como en casa, donde su madre, Katy, parece no prestarle atención.

La relación entre Isabella y su madre es difícil; Katy no parece darse cuenta de lo que su hija atraviesa, y las discusiones son habituales. Isabella pasa sus días en casa, sin poder salir, sin nada que hacer, sintiéndose sola y sin comprensión.

Sin embargo, a pesar de todo esto, hay una chispa de esperanza en el aire. En medio de las luces parpadeantes de San Francisco, la historia de Isabella está a punto de cambiar, transformándose en una narrativa de fuerza y autodescubrimiento en esta ciudad vibrante.

Isabella, en su estilo casual, prefiere jeans sueltos que aportan un toque de comodidad y despreocupación a su atuendo. Combina estos pantalones anchos con blusas en tonos oscuros para un look relajado pero con un toque de elegancia sutil.

Su accesorio principal sigue siendo un collar negro discreto, completando su estilo sencillo y atemporal. Isabella encarna la moda relajada y cómoda con su elección de jeans sueltos y un enfoque minimalista.
Apurada, subió a su clase y se sentó en su lugar, casi al fondo, intentando pasar desapercibida. Aunque aparentaba estar tranquila, su corazón estaba nublado por la soledad.

Mientras intentaba concentrarse en sus estudios, el bullicio y desorden provocados por sus compañeros resonaban a su alrededor, creando un contraste doloroso con su necesidad de paz y conexión. La tristeza la acompañaba, incluso en el entorno escolar que debería ser un refugio.
En ese momento, la maestra Sol, conocida por su estricta personalidad, llegó a la clase.

Isabella, a pesar de su tristeza, se enderezó en su asiento. La maestra se sentó en su escritorio y, con voz firme, ordenó a todos que tomaran asiento, una instrucción que obedecieron sin problemas, dejando momentáneamente de lado el desorden.

Isabella, en su rincón casi invisible, observó a la maestra con cierta aprensión, preguntándose si ese día podría ser diferente, si acaso la estricta figura de la maestra Sol podría ofrecer algún tipo de consuelo en medio de su desánimo.

La clase comenzó, y la maestra Sol empezó a enseñar matemáticas, desplegando un rigor que le daba fama. Isabella, a pesar de su tristeza persistente, se sumergió en los números, encontrando un pequeño refugio en la lógica de las ecuaciones, aunque la estricta atmósfera del aula pesara sobre ella.

La maestra Sol, después de disculparse por su leve retraso, fijó su mirada en sus alumnos y anunció la llegada de un nuevo compañero. En ese instante, un niño ingresó a la clase, y la maestra se levantó con formalidad para presentarlo, rompiendo por un momento la rutina habitual.
Jhonatan, el nuevo compañero, decidió sentarse cerca de Isabella, ajeno a la indiferencia que ella mostraba.