En realidad aquello era su culpa, Luigi terminó por admitir. El joven bajo la mirada encogiéndose un poco con la expresión de reproche que su padre le dirigía a él, mientras comían en silencio una magnifica Lasaña navideña; pero es que era imposible ignorar el ambiente tenso durante la cena y que Bowser estuviera más ocupado de contener las ganas de arreglar sus asperezas con Mario, o que su hermano estuviera en una situación similar, en vez de entablar alguna conversación con sus padres.
No era la cena de navidad que imaginaba, y a pesar de que anticipaba un poco de tensión por el hecho de tener a una tortuga-dragón gigante cómo yerno —que había reducido un poco su tamaño para entrar en la casa con ayuda de Kamek— era de por si algo que sus padres aún estaban sopesando cómo afrontar. Pero Luigi había tomado el valor de hablar con ambos antes de que llegaran las festividades y declarado que si Bowser no era bienvenido, le daría mucha tristeza no asistir a la cena. Su madre estaba más nerviosa por ver a quien casí había destruido la ciudad y quemado sus hijos en plena calle que por el hecho de que su dulce Luigi tuviera gustos de lo más peculiares.
—¿No te molesta que salga con él...? —había inquirido Luigi cuando su madre no comentó mucho al respecto, al contrario de su padre que más que enfadado porque su hijo fuera bisexual u homosexual, era que su pareja no era humano (aunque concordaba con su esposa, que elegir al villano, aún si dijera que estaba redimido, era una decisión incomprensible).
—Me asusta más tu seguridad, cariño —dijo su madre genuinamente preocupada, y su padre asintió sorprendentemente cordial (uno de los cambios que más agradecían sus hermanos cuando su progenitor se dio cuenta de los fantásticos hijos que tenía).
—Además tiene un color horrible, ¿Por qué una tortuga de ese verde? —Se quejó su padre cruzándose de brazos—. ¡Seguro Mario andaba corriendo por ahí y no te puso atención para que no fueras a besarte con el villano!
—Papá, Mario tiene sus ocupaciones, además yo ya soy un adulto para saber tomar mis decisiones —se defendió Luigi con timidez mirando a ambos, y en particular a su madre para que contuviera a su padre si decidía ponerse obstinado.
—¡Bien! Dejare que ese monstruo venga si eso mantiene la cena familiar —bufo su padre cuando su esposa tomó una de sus manos y asintió—. Perder las buenas costumbres de la familia sería el colmo.
Luigi suspiró, pensando que lo más complicado iba a ser convencer a sus padres, pero se dio cuenta cuan equivocado estaba mirando de nuevo a la mesa repleta de sus familiares y su hermano con un puño cerrado sobre la mesa sosteniendo con su otra mano el tenedor con más fuerza de la necesaria (¡Vaya fuerza tenía su hermano! El tenedor se había doblado un poco...).
Aunque sabía que eso lo había causado Bowser y él, aunque se sentía responsable porque la opción de haber evitado que Mario viera aquello que lo puso furioso definitivamente caía en él.
Lo recordaba bien, todo había sido en mañana, una que pensó que iba a ser relativamente tranquila considerando que pasó toda la noche anterior convenciendo a Mario —que estaba dando más problemas que Bowser con el hecho de compartir la cena de navidad con el rey de los Koopas—, así que sin más inconvenientes, los hermanos se pusieron echarle una mano a su querida madre, mientras su padre ayudaba con la limpieza y mandados varios con tal de evitar meter un pie en la cocina huyendo de ayudar con la cena a su manera.
—Disculpa Lu, iré al reino Champiñón unas horas, la princesa me pidió al menos acompañarla en la feria que organizan en la tarde, al parecer este año la hacen un poco en agradecimiento a que los ayudé —explicó Mario, y abrazó a su hermano cuando lo vio un poco preocupado—. Tranquilo volveré antes de la cena.
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BOWUIGI ONESHOTS
FanfictionUna serie de relatos cortos sobre un poco de amor entre Bowser y Luigi. -Relatos cortos -Oneshots -Temas varios. -Temas sugestivos