2 || Antro

1.5K 103 36
                                    


Lujuria, un pecado capital que había llegado a la tierra únicamente a cumplir con su tarea: tentar a las personas que se ella quisiera. La chica rubia que se miraba en el espejo de su departamento mientras sonreía con victoria al ver su vestimenta.

No había duda que esa noche atraparía miradas de hombres y mujeres, ese era su trabajo de todas formas, no había más en ella más lo que su nombre como pecado consistía. Había tomado la decisión de divertiste una noche más en el antro de la ciudad de Monterrey, uno de sus lugares favoritos para visitar.

Terminó de colocar su brillo labial sabor cereza antes de salir deprisa del departamento, quería buscar una nueva víctima esa noche y no quería fallar.

Samantha, como era su nombre, había llegado con rapidez a aquel antro sin pagar algún peso por parte del Uber que había ordenado. Una secuencia de besos en la parte trasera del automóvil habían cambiado las decisiones del joven conductor, regalándole el viaje por completo.

La música aturdió sus tímpanos apenas entró al sitio, ocultando la leve molestia que eso ocasionaba en ella para dirigirse a una de las mesas, ocultó sus feromonas para no atraer a las personas y pasar desapercibida de todas ellas hasta que lo deseara.

Una de sus canciones favoritas comenzó a sonar en el lugar, emocionándola rápidamente provocando que aquellas feromonas totalmente ocultas salieran sin control, sin previo aviso y sin percatarse de ello.

Samantha se dirigió con rapidez al barandal que daba directo a la pista de baile, esperando escuchar la música con más fuerza sin imaginar que su mundo se paralizaría en ese momento. Una sonrisa perfecta, perfil totalmente intacto junto con una barba perfilada que logró estremecerla ante su apariencia física.

¿Quién era ese chico y por qué lograba ponerla así?

¿Por qué?

Cuando ella es lujuria.

—Es castidad— Se sobresaltó al escuchar a uno de sus hermanos a su costado—. Un ángel. Nunca me imaginé mirar a castidad en un antro, que irónico.

—Pereza, vete.

—No. Estoy en mi momento más tranquilo y me corres, ¿así quieres a tu hermano?

—Juan, vete. Si vine a un antro sola fue por algo.

—Solamente te dije quien es ese ángel, el cual aparentemente llamó tu atención. Creo que se llama Félix, la verdad no estoy seguro, no me hagas mucho caso.

La mirada de Samantha se encendió mucho más.

—Félix...

—Me da bastante gracia como tienes a varios humanos babeando por ti y tu mirada únicamente se centra en ese ángel. Eres algo impresionante en verdad, me iré, sigue disfrutando tu...— Observó al ángel—. Noche...

Samantha bajó de las escaleras que miraban hacia la pista, ignorando cualquier mirada o palabra que los humanos le ofrecían.

Quería atraerlo únicamente a él.

Pero... no funcionaba.

¿Por qué?

—Sé lo que intentas hacer— Habló dejándola inmóvil a espaldas de él—. Lujuria, conmigo no funcionan tus feromonas, te recuerdo que soy castidad y si...— Quedó sin habla al voltear y encontrar una belleza inigualable frente a sus ojos—. Conmigo no sirven... tus juegos.

—Yo no... ¿quién eres?

—Un ángel... y al parecer tú eres un demonio. Logro reconocerlos a la lejanía, no te mentiré.

Young and Beautiful  ⸻  ❝Riverducción❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora