El Pavo Real y su Carnicero.

Capítulo 1: Te ensucie.

Kong Qiao es un joven gay hambriento de afecto.

Desde que descubrió su orientación sexual, ha anhelado que un hombre lo ame y lo cuide como a un gran tesoro. Sin embargo, no tiene a ese hombre ni a un gran tesoro. Lo peor de todo es que carece de tiempo, energía y dinero.

Sí, él es solo un trabajador esclavo para los capitalistas. Trabaja de 9:00 am a 9:00 pm los 6 días de la semana, sin tiempo para sí mismo, ni siquiera para lidiar con la depresión.

Muchos terminan por tomar decisiones drásticas.

Afortunadamente, Kong Qiao conserva un corazón optimista y fuerte. Siempre ha creído que si trabaja duro durante unos años, podrá ascender en su trabajo y convertirse en socio de una prestigiosa empresa. Por eso, cada mañana al levantarse se anima a si mismo, elige cuidadosamente su atuendo según su estado de ánimo y el clima, y se dirige con determinación a la empresa.

Kong Qiao guarda en su interior una esperanza secreta en su corazón.

Sueña con que su apariencia elegante y hermosa pueda atraer la atención de alguien especial en algún momento, vivir un encuentro encantador y experimentar un romance apasionado, como suelen describir en las novelas. ¿No es así como sucede en las historias? Encuentro, flechazo, amor y pasión desenfrenada...

Lamentablemente, esta expectativa nunca se ha cumplido y solo reside en sus fantasías. «Quizás sea porque... ¿su apartamento está demasiado cerca de la empresa?» Kong Qiao se cuestiona.

A fin de cuentas, apenas hay cinco minutos de distancia en línea recta, cruzando solo una calle y ya está en el ascensor de la empresa.

Kong Qiao suspira, sintiendo una profunda tristeza por su vacío existencial. Esa mañana, como de costumbre, fue a McDonald's a comprar su desayuno y se dirigió hacia la empresa con la bolsa de papel en mano.

En ese momento, un coche giró en su dirección y él rápidamente se apartó, refugiándose en la acera junto a una tienda. El coche se detuvo para sacar un pase de estacionamiento del edificio. Kong Qiao se observó a sí mismo reflejado en el cristal, acomodando su pequeña corbata.

"Sí, hoy también me veo muy bien". Hermoso y con movimientos elegantes, aunque no tiene las maneras típicas de un hombre, su apariencia no incomoda, más bien tiene un encanto peculiar.

Después de arreglar su corbata, Kong Qiao continuó caminando sin darse cuenta de que había un hombre en la tienda detrás de él, observándolo fijamente mientras alejaba bajo los rayos del sol naciente.

Kong Qiao no tiene un horario fijo para salir del trabajo. Cuando los proyectos se ponen difíciles, llega a quedarse trabajando horas extra hasta las once o doce de la noche. En ocasiones más tranquilas, logra escaparse a tiempo para llegar a casa y cocinar. Aunque su salario en una ciudad de primera línea no es bajo, vive solo, valora la buena calidad de vida y le gusta cuidar de sí mismo, por lo que su dinero básicamente se va tan pronto como llega.

Por lo tanto, en su tiempo libre, Kong Qiao suele cocinar para sí mismo. Ahorra lo que puede, y el dinero que consigue ahorrar le permite comprar algunos pares más de prendas interiores y abrigos bonitos.

El año pasado, debido a las malas condiciones económicas, varias tiendas en la calle cerraron. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a asumir el desafío, y después del Año Nuevo de este año, esas tiendas cerradas tienen nuevos dueños.

Kong Qiao recuerda que había una tienda que solía vender frutas, él incluso se hizo miembro porque compraba con frecuencia. Ahora se ha convertido en una tienda de té de burbujas. También había una tienda que vendía fideos de arroz, que después de una renovación, se transformó en una tienda de conveniencia. Además, en la esquina de la calle, la antigua tienda de belleza se convirtió en un pequeño mercado de alimentos, ahora con un puesto de productos frescos.