El Pavo Real y su Carnicero.

Capítulo 8: Alimentándolo de manera proactiva.

Cuando Tu Liang golpeó la puerta, Kong Qiao estaba cambiándose de ropa frente al armario por décima quinta vez. Aunque el contacto entre ambos duraría solo unos segundos al abrir la puerta, para el joven pavo real anhelante de amor, recibir una mirada furtiva era su última terquedad.

La última vez que se encontraron en el pasillo, hubo un encuentro fugaz pero chispeante. Kong Qiao no lo olvidó. La larga camisa parecía adecuada para sus intenciones de seducción, pero como un gay quisquilloso y de buen gusto, no quería usar la misma prenda dos veces frente a la misma persona.

Al ver que la persona estaba en la puerta, Kong Qiao, apurado, solo pudo encontrar una bata de seda, atarse el cinturón y correr descalzo para abrir la puerta.

"Buenas noches".

La imponente figura de pie en la puerta era precisamente la que él esperaba. Kong Qiao podía sentir cómo la mirada del hombre recorría desde su rostro hasta sus pies. De manera evidente, después de quedarse quieto durante varios segundos, finalmente le saludó.

"Su entrega a domicilio".

Sostenía una gran bolsa de carne y verduras, cuidadosamente seleccionadas por Kong Qiao después de mucho escoger.

-En ese momento, Kong Qiao pensaba: «¿cuántos repartidores puede haber en ese pequeño mercado?» Mejor seleccionó varios productos para asegurarse de que el más fuerte de la tienda haga la entrega. Mira qué elección tan sabia.

Le agradeció en voz baja y extendió la mano para recibir la bolsa, pero el hombre movió su brazo hacia un lado, evitando su mano.

"¿Eh?"

Kong Qiao estaba un poco confundido. ¿Acaso no era su entrega a domicilio?

"Está un poco pesado", explicó Tu Liang. "Voy a ponerlo adentro".

Ignorando sus pequeñas intenciones internas, Tu Liang se veía muy serio. Sin embargo, en su mente, ya estaba ocupado por el pecho blanco y los dedos de los pies del hombre frente a él.

"Oh, entonces entra".

En el corazón de Kong Qiao, había una pequeña emoción mientras apartaba a un lado y abría la puerta de su casa.

Se mantenía con una expresión seria en la cara, pero en realidad, su corazón ya estaba comenzando a celebrar en silencio.

Jejeje.

Kong Qiao no pudo evitar pensar: «¿Este carnicero también podría estar interesado en él?»

Aunque la razón le decía a Kong Qiao que estaba pensando demasiado, no le impidió disfrutar de su pequeña alegría.

Como chico limpio y ordenado, la casa de Kong Qiao estaba ordenada la mayor parte del tiempo. Cuando Tu Liang entró, dudó antes de preguntar si debía quitarse los zapatos.

Kong Qiao vivía solo y no tenía muchos zapatos adicionales, pero al notar que el hombre miraba furtivamente su bata de dormir, abrió intencionalmente el armario de zapatos y tosió ligeramente: "Voy a buscarte zapatillas".

El armario no era alto, y Kong Qiao tenía que agacharse para buscar. Cuando se agachó, la seda se deslizó por su espalda hasta sus caderas y luego descendió desde las caderas, rozando sus muslos y llegando hasta las pantorrillas.

La cintura cóncava y las redondas caderas estaban delineadas de manera vívida. Ese era el efecto que Kong Qiao quería. Aunque había engordado un poco, aún estaba bastante satisfecho con su figura.

A veces, Kong Qiao no podía evitar pensar frente al espejo: «si fuera un "1", definitivamente se sentiría tentado por un "0" tan pequeño que tenía la cantidad justa de carne en los lugares correctos y era suave donde debería ser suave»