11/10/23

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No podía creer las horas que le habia dedicado a ese tema. ¿Por qué lo seguía recordando si habia pasado un año?

Pero ahora, sentado exactamente como ese 11 de octubre, en una esquina de la cama, semidesnudo, celular en mano. Pero esta vez, viendo el chat de él. El chat de Rodrigo.

"Feliz cumpleaños" dice el mensaje.

Así de simple. Dos palabras. Pero esa oración me tiene totalmente paralizado. Si bien rememoro cada instante de aquella última vez con frecuencia, algo que nunca imaginé fue ver su nombre en mis conversaciones recurrentes otra vez...

Había aceptado el hecho de que cometí el peor error de mi vida: que lo había perdido. Y esto... Simplemente me lleva a mirar a la cama. Donde él me tumbó, me hizo suyo, me contuvo cuando lo necesité.

Hizo todo lo que ella nunca pudo. Tampoco lo intentó. Pero no supe diferir entre amor y dependencia. Y entendí que Rodrigo y yo estabamos destinados a ser juntos demasiado tarde...

Así que, sus felicitaciones, mi "Ro, que sorpresa. Gracias por acordarte. Hay que reencontrarnos", su "No sé que tan dispuesto estoy" y mis extensas disculpas a continuación, no fueron algo que haya imaginado si quiera —O quizas sí. Mas saber el daño que le causé no permití que ese escenario sea considerado—.

Lo siguiente fue preguntarle dónde estaba. Casualmente acababa de llegar a un café a algunas cuadras de mi casa. Salí con lo que tenía puesto, caminé lo más rápido que pude. Y al llegar ahí estaba: un Rodrigo de traje, perfectamente arreglado, su pelo revoltoso como siempre, y el pequeño rulo antigravedad que se le forma, se ve bien, exitoso parece, y en su mano...

Dios.

No puede ser.

En su mano... un anillo de un dorado cegador, diamante en el centro. Ella tiene muy buen gusto.

Es demasiado tarde para mi.


...

Si este no les convence, pasen a leer el final alternativo.

𝙋𝙤𝙧 𝙐𝙡𝙩𝙞𝙢𝙖 𝙑𝙚𝙯 - 𝘙𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora