Capítulo 1

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Era la primera vez en mucho tiempo que Lloyd se esforzaba haciendo una tarea, y cómo no iba a hacerlo, una parte importante de la calificación final dependía de aquel ensayo

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Era la primera vez en mucho tiempo que Lloyd se esforzaba haciendo una tarea, y cómo no iba a hacerlo, una parte importante de la calificación final dependía de aquel ensayo. La última vez que miró el reloj en la pared este marcaba las dos treinta de la madrugada, un rato antes de eso se había despertado tras tener una pesadilla en la que recibía un castigo terrible (involucraba los obsequios de navidad) por ser irresponsable, así fue como terminó frente a una pila de hojas tratando de redactar el porqué no es buena idea confiar en una serpiente.

La luz de noche que estaba usando para iluminar el área de trabajo no era suficiente, se le perdían las cosas con frecuencia y los párpados le pesaban debido al cansancio, pero no podía encender la bombilla, eso haría que su mamá lo descubriera con facilidad. Cierto, su mamá. Lloyd pensó en que no tendría que estar haciendo nada de eso si tan solo ella le hubiera picado las costillas para que cumpliera con los deberes como siempre lo hacía en lugar de aceptar horas extra de investigación innecesaria en el museo.

Al poner el punto final estaba tan cansado que en lugar de celebrar se fue directo a la cama. Sus esperanzas de aprobar el ciclo escolar se habían renovado, entregarlo le garantizaba notas decentes en Historia y Español. Aún con eso no podía cantar victoria, el resto de materias todavía peligraban, se quedó dormido con eso en mente.

Dos horas más tarde el golpeteo en su puerta lo hizo enderezarse del susto, Misako lo estaba llamando para desayunar. Se dirigió con paso desganado al baño mientras maldecía en silencio la mala suerte que lo perseguía, se mojó la cara con agua fría para espantar el sueño, tendría que hacer lo mismo varias veces en la escuela para no quedarse dormido entre clases.

Se vistió con el uniforme tan rápido como pudo. No tuvo problema con ponerse los zapatos de charol, ni siquiera para usar la llamativa corbata de color verde chillón, sin embargo refunfuñó al encontrar el suéter azul de logo floreado que yacía como nuevo en el cajón, a su parecer era la cosa más fea que había visto en el vida, así que como de costumbre lo hizo a un lado para tomar la sudadera desgastada que compró en las rebajas de la plaza comercial, la prefería un millón de veces antes que parecer un ñoño amante de las margaritas.

Sin molestarse en cepillarse de forma correcta el cabello, guardó el ensayo en la mochila y se fue directo al comedor; el desayuno ya estaba servido, eran huevos revueltos acompañados de tiras grasientas de tocino. Sonrió al percatarse de que su mamá estaba sentada tranquilamente a la mesa leyendo el periódico con una taza de café en la mano, eso significaba que estaba libre de trabajo ese día.

—Buenos días, cariño —lo saludó Misako mientras le indicaba con la mirada que se sentara—. Pareces cansado, ¿no dormiste bien?

—Me desperté un par de veces —respondió intentando no parecer sospechoso.

—Eso es lo que pasa cuando comes tanta azúcar después de cenar.

Lloyd se relajó cuando su mamá volvió a concentrarse en los cupones de descuento recortables, no dijo nada más al respecto, un mal paso bastaba para que lo castigara antes de que llegaran las vacaciones de invierno.

Para: mi primer amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora