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Eran vísperas de navidad. Hanbin caminaba por los pasillos de su escuela tranquilamente saludando a algunas personas y a los profesores con los que lograba cruzarse.

—Buenos días Hanbin, quería felicitarte por tus notas, ya casi vamos a acabar el semestre y estoy muy orgulloso de ti

—Muchas gracias profesor, le agradezco a usted también por enseñar la materia muy bien, no hubiera podido sólo

—Tan halagador —una gran sonrisa se dibujó de oreja a oreja —Dios te bendiga y felices fiestas

—Igualmente

Siguió caminando hacia su salón, su escuela era cristiana, fundada por cristianos, el director también era muy creyente, incluso los profesores lo eran. Parecía que antes de ser contratados le preguntaban su religión y si decían otra no aprobaban.

La educación religiosa era muy importante y siempre incluían a Dios en cualquier curso, hasta en Biología e Historia cuando ni siquiera era necesario.

Todas las actualizaciones de la iglesia las mencionaban al inicio de las clases, siempre oraban y daban gracias antes del refrigerio, Hanbin ya estaba acostumbrado a eso, aunque él no fuera muy creyente, sus padres sólo le inscribieron en ese colegio porque estaba cerca de su casa.

El pelinegro entró a su aula observando a Hao sentado en la mesa de la primera como siempre. Se acercó a él y se sentó a su lado a esperar que inicie el examen.

—¿Y ese milagro que llegaste temprano? —le dijo a su amigo en un tono burlón

—Estoy haciendo méritos, como sólo quedan esta semana para salir de vacaciones, tengo que dar lo mejor de mí

—Dios te va a bendecir con conocimiento —dijo con sarcasmo haciendo que el pelirojo rodara los ojos

—Sí, claro —rió

Hao tampoco era creyente y está en la escuela por la misma razón que Hanbin. Ellos se hicieron amigos por lo mismo, eran los únicos que no creían en Dios en todo el salón, por eso lograron conectar más rápido y hacerse amigos hace ya dos años.

Jamás mencionaron sus diferentes pensamientos frente a los profesores, lo más probable es que los regañen de por vida, así que sólo seguían la corriente.

—¿Qué quieres que te regale por navidad? —preguntó Hao

—Quiero que te envuelvas a ti mismo —dijo con esa usual voz juguetona

—No empieces —sonrió —ya no te pregunto nada

—¿No quieres ser mi regalo? —lo tomó por la cintura apegándolo hacia él

—Ha...Hanbin, no empieces de nuevo, tengo que estudiar —a pesar de decirlo no se despegó del contrario

El pelinegro amaba molestar a su amigo, era su parte favorita del día, le gustaba ponerlo nervioso, se veía tan adorable cuando se sonrojaba. Era adicto a eso.

—Chicos, buenos días, entró el profesor de literatura, espero que hayan estudiado, les daré unos 20 minutos para que puedan repasar los temas y comenzaremos el examen —comentó sentándose a revisar los exámenes de su clase anterior

Mientras lo hacía se distrajo por lo que Hanbin y Hao estaban haciendo, se veían muy cariñosos, demasiado para sus ojos. Pero no le molestó, no les dijo nada, sólo eran chicos demostrando su amor, no importa fueran lo que fueran. El profesor era cristiano, pero también apoyaba la comunidad LGBT, sabía que el amor tenía diferentes formas y no se tenía que reprimir.

—Hanbin, tengo que estudiar —decía tratando de evitar sus toques

—Cópiate de mí —le susurró al oído haciéndolo estremecer

—N-no —se alejó un momento —no puedo hacer eso, tengo que valerme por mí mismo, no puedo depender de ti

—Pero yo te voy a mantener

—¿De verdad? —le echó un vistazo rápido

—Sí, voy a estudiar y trabajar para mantenerte, no necesitas hacer nada, sólo ser mi amigo

—Bueno... si es así está bien —su sonrisa volvió a aparecer

—Jóvenes, vamos a iniciar el examen —interrumpió el profesor —buena suerte

Empezó a repartir las hojas, Hao no había estudiado nada y desde la primera pregunta supo que no se acordaba de nada.

—¿Sabes algo? —le susurró al contrario —ayúdame

—Pensé que querías valerte por ti mismo —dijo con ironía

—Oye no seas así, por favor, ayúdame

—¿Serás mi regalo de navidad?

—Sí, me voy a poner en una caja con un lazo —dijo desesperado

—Acepto —comenzó a marcar mostrando su hoja hacia el pelirojo quien se copió las respuestas disimuladamente

...

—Supongo que ahora que me vas a mantener, me tienes que comprar las cosas que yo quiero —mencionó, los dos habían salido en la tarde a dar una vuelta

—Sí, eso haré —su seguridad dejó a Hao desconcertado

—Lo decía de broma... no tienes que gastar dinero conmigo

—Hablo en serio, eres mi amigo y te aprecio, ¿qué quieres que te compre?

—Yo... —tragó saliva —quiero ese peluche —señaló a una máquina

—Oh, entonces vamos —se encaminó hacia y el contrario lo siguió con timidez

—Esas máquinas siempre te roban dinero, no tienes porqué hacerlo

Hanbin colocó una moneda y comenzó a mover el gancho, gastó mucha plata pero finalmente después de 92 intentos lo logró y sacó el peluche.

—Toma —sonreía —y ni se te ocurra devolverme el dinero

—Pero...

—¡No! —dijo y siguió su paso

Hao fue detrás de él totalmente feliz, aunque en el fondo se sentía un poco mal por el gasto inmenso que hizo, pensó en devolvérselo de otra forma, sólo necesitaba pensar en cuál.

—Espérame, ya voy —corrió detrás de él poniéndose a la para, colocando su mano alrededor de su brazo para sentirse seguro

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Dulce Navidad 🎄 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora