CHAPTER 3

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Jake y Milan iban a la ciudad una vez al mes por motivos de trabajo. En otras palabras, porque se dedicaba a vender al por mayor las artesanías que él mismo fabricaba en casa.

Jake era un artesano de "maquinaria". Un tipo de campo que todavía no estaba bien establecido en el pueblo y que era más bien conocido como "ser un inventor" Después de todo, el trabajo de Jake era crear máquinas de todo tipo, forma y función. Él inventó una muñeca mecánica, el despertador que emitía sonidos y cerraduras eléctricas. Y aunque en su país de origen todo esto se trataba cómo menos que chatarra, en Rufus había compradores que pagaban muchísimo por tener un ejemplar. Esto principalmente debido a que el reino de Rufus actualmente parecía estar experimentando una innovación de producción llamada "Revolución Industrial" que hacía que las aldeas agrícolas fueran más prósperas y condujeron a la producción masiva estable de alimentos y necesidades diarias, baratas y de alta calidad. Ahora se podía vender y encontrar de todo.

(Espero que algún día mis herramientas se vendan lo suficiente como para ser producidas en masa en una fábrica).

Jake soñaba con un mundo en el que los productos mecánicos que inventó inundaran el país.

Sin embargo, una fantasía muchas veces se quedaba de esa forma.

"Oye papi, mira. Hay muchas ovejas en ese lado".

Milán, que nunca se mareaba, se acomodó sobre sus rodillas y miró directamente hacia adelante. Luego fue a la ventana de la derecha y a la de la izquierda también.

"Las veo, amor. Se ven muy esponjosas. Te prometo que llegando voy a utilizar todo su cabello para hacer suéteres y sombreros exclusivos para ti".

"¿De verdad? ¡Wow!"

Cuando se rió, finalmente cayó en cuenta de que la anciana que estaba sentada frente a él no parecía poder quitarle los ojos de encima. Hizo una pequeña reverencia y lo saludó.

"Que niño tan lindo ¿Vas a ir a la ciudad?" Milán no tenía miedo de que los extraños le hablaran, así que subió y bajó su cabeza varias veces.

"Sí. ¡Papá dice que ya no vamos a ir al pueblo pequeño hoy sino a un lugar muy, muy, muy, muy grande!"

"Vamos a llegar hasta la capital real. Después de bajar de aquí, pensamos tomar el tren que lleva directamente a la zona comercial".

Jake lo complementó porque su hijo todavía no sabía bien la parte del tren. La anciana dijo: "suena interesante"

Todos los meses, Jake iba a una ciudad local que Milán llamaba [pueblo pequeño] y que estaba a una hora de distancia en carruaje. Sin embargo, de vez en cuando se subían a un tren desde la ciudad provinciana y llegaban al centro real a vender y comprar artesanías. Por desgracia, se necesitaba un día entero para llegar hasta allá así que cada vez que iban a la capital real, siempre conseguía la casa de un amigo para quedarse una o dos noches y regresar con un poco más de calma.

No obstante, debido a ciertas circunstancias personales Jake siempre parecía bastante preocupado por ir a la capital. Además, cuando veía a su niño de muy buen humor, saltando por aquí y por allá y preguntando "cuánto faltaba", comenzaba a preocuparse y hasta asentir un poco de lástima por querer terminar su trabajo e irse a casa antes de resaltar. Tampoco quería admitir que, cada vez que iba de turismo, comenzaba a morirse de puros nervios.

"Pues bien. Disfruten de la capital real".

El carruaje llegó a la última parada, "Pueblo Pequeño", y la anciana se despidió de ellos agitando las dos manos. La estación a la que debían ir para abordar el tren estaba cruzando la calle.

The lion king and his secret lover - sungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora