Capítulo 24

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Atrapada, asfixiada y ahogada.

Si, esas eran palabras que describen perfectamente como se siente. Sinceramente ya estaba acostumbrada. Los viajes en el tiempo suelen ser abrumadores y hasta tediosos. Por un buen tiempo su mente se queda en blanco, como si no tuviera nada en que pensar más que en el viaje en el tiempo, después su consciencia parece regresar al cuerpo en que reencarna sin que ella pueda moverse. Hasta que, como en este momento, abre los ojos.

Cansada, inspecciona el cuarto en el que se encuentra, tratando de descubrir si está en el tiempo de 'Saori' o 'Sayuri'. Por su ropa que consistía de una túnica blanca de mangas largas que tenía seis magatamas en el pecho atado en la cintura por un cinturón negro y el cuarto amplio, decorado con lo necesario para su recuperación puede deducir que está en el tiempo de Sayuri. Suspiró, ese era el tiempo más complicado para ella, pues no sabía nada de lo que sucedía actualmente o quien era ella.

Al intentar levantarse de la cama nota con sorpresa la mitad del cuerpo dormido de Ashura a su lado y el trapo húmedo que rodó de su frente. Sonrió enternecida, sabiendo que Ashura la cuidó durante su enfermedad y que seguramente se preocupó mucho cuando la fiebre le subió.

Sayuri: Ashura, Ashura, despierta susurró con cuidado alborotado su cabellera

No pudo evitar reír ligeramente cuando Ashura se incorporó con pereza, bostezó y talló sus ojos como un niño chiquito. Ese acto le pareció muy tierno y le recordó a su amigo rubio.

Ashura: ¿Hum? ¿Sayuri-chan?... ¡Sayuri-chan, despertaste! gritó alegremente abalanzandose sobre ella y riendo cuando la pequeña se quejó

Sayuri: ¡Ashura, pesas! dijo con el ceño fruncido secretamente divertida por su actitud infantil ¿Qué ha pasado? Lo último que recuerdo es abrazar al zorrito gruñón y ponerle el apodo a Pulpo-oniichan suspiró resignada y palmeó la cabeza del niño que seguía aferrado a ella como una garrapata

Ashura: Te desmayaste, Sayuri-chan. El agua fría del lago hizo que te diera gripe. Estuviste inconsciente dos días y en ese tiempo te subió mucho la fiebre explicó preocupado con ojos de cachorrito apaleado

Sayuri: Lamento haberte causado tantos problemas, Ashura. Seguro no pudiste dormir bien en esa silla señaló avergonzada y apenada

Ashura: No fue nada, Sayuri-chan. Para algo son los amigos. Y no fue tan difícil, yo me puedo dormir en cualquier lado exclamó orgulloso y entonces adquirió una mirada divertida Pero hay otros que no durmieron por estar vigilandote se asomó por la ventana de la habitación y señaló afuera

Sayuri imitó su acción y se llevó una gran sorpresa al ver a los Bijūs un poco más apartados de la ventana como perros guardianes, literalmente gruñendoles a cualquiera que se les acercará y pegando una oreja a la puerta para ver si escuchaban algo. Sayuri estuvo tentada a reírse, ni en sus más locos sueños se imaginó ver a los Bijūs preocupándose por ella y mucho menos a los más gruñones como Kurama, Son Goku y Shukaku.

Ashura: Es raro verlos en el pueblo, en especial aquí. Ninguno se siente cómodo cerca de tanta gente, en especial Kurama. Pero se han quedado acá estos dos días, no se han movido de ahí, a pesar de que les he dicho que pueden entrar a verte. Creo que piensan que es peligroso dejar de vigilar la puerta. No tienes idea de lo difícil que es entrar con el cateo de ellos resopló con un puchero, sin darse cuenta que Sayuri se quedó conmovida por lo que había dicho

Ella se contuvo de saltar por la ventana e ir a abrazarlos, consideró que eso sería descortés de su parte, en especial cuando tuvieron la gentileza de recibirla en esta casa y cuidarla. Sin embargo, no podía esperar para verlos de cerca a los Bijūs y agradecerles. Y de paso apapacharlos un poco.

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