Capitulo 2

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Yang Jeongin nunca esperó trabajar en una de las empresas financieras más grandes de Seúl, para entrar ahí, tenías que tener contactos, excelentes calificaciones o mucha suerte, sin duda, Jeongin tuvo lo último.

Llegó a su entrevista un viernes por la mañana, con una corbata desordenada y el corazón latiendo a mil porque justamente el elevador se descompuso y tuvo que subir 15 pisos para llegar al área de recursos humanos.

Delante de él había 10 estudiantes más.

—Yang Jeongin. —Una señorita lo llamó justo cuando se disponía a tomar asiento. —Pasa. —Dijo ella con tono aburrido.

Jeongin esperaba que su entrevistador o entrevistadora, fuera una persona mayor o totalmente diferente al muchacho pulcro y atractivo que lo observaba con paciencia. Su nombre era Kim Seungmin, el hijo heredero del dueño de la empresa. Lo conocía porque Félix le hizo estudiar una revista de negocios muy famosa que tenía los perfiles de los chismes más candentes de la sociedad dijo Felix riendo y el chisme candente era que las acciones de Empresas Kim cayeron un 1%. Volviendo al joven Kim, cuando vio la fotografía de él en la revista pensó que era guapo, pero en persona era condenadamente ardiente.

Aquel pensamiento lujurioso lo traicionó y Jeongin se encontró con el trasero en el piso tan pronto como entró e intentó tomar asiento.

Una mano se extendió frente a él y Jeongin la tomó sin darle mucha importancia hasta que fue consciente de la suavidad de esta y casi que se cae de nuevo al suelo cuando Seungmin le sonrió.

—¿Estás bien?

Jeongin trago.

—Si. —Su voz apenas un susurro.

Esa fue la primera vez que se vieron y según le recuerda Seungmin, desde aquel momento quedó encantado con él. Te veías tan tierno en el suelo. Tiernas sus pelotas, Jeongin le decía cada vez que Seungmin osaba molestarlo con aquella situación tan bochornosa.

Diría que fue el destino que los juntó, siempre encontrándose en la empresa, dedicándose sonrisas pequeñas y todo demasiado en el aire, hasta que un día, Seungmin le dijo las cosas claras.

—Me gustas y quiero conocerte.

Tan directo que Jeongin quiso vomitar.

Se conocieron.

Unos cuantos besos.

Su primera vez juntos.

Más besos.

Sexo diario.

Su primer te quiero.

Fines de semanas completos juntos.

Todo eran sueños y colores hasta que la realidad golpeó a Jeongin y supo que tenía que hablar las cosas claras con Seungmin cuando este empezó a tener más cercanía con él frente a sus compañeros.

A Seungmin nunca le gustó la idea de ocultar su relación, para empezar, Ni que fuéramos criminales.

Luego estaba el asunto de que Seungmin siempre quería pagar todo por Jeongin, desde su mísero recibo de agua hasta el alquiler del departamento, incluso le pidió que vivieran juntos.

Jeongin a todo dijo que no. Siendo demasiado orgullo o demasiado tonto. Quizá un poco de los dos.

En el fondo no quería que Seungmin creyera que se aprovecharía de él, le daba vergüenza que lo viera como una garrapata aprovechada.

Pero todo tenía un límite, pensó Jeongin con tristeza y tenía miedo de que Seungmin se cansara de la situación.

Boss Baby  𖥨۫ ꜱᴇᴜɴɢɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora