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Cuando se conocieron, Zoro supo instantáneamente que no se llevaría bien con Sanji. Todo en él simplemente molestó a Zoro; por la forma en que hablaba, la forma en que vestía, la forma en que adoraba a las mujeres, la forma en que regañaba sobre asuntos triviales como bañarse, masticar antes de tragar y poner la ropa sucia en el cesto... Para ser justos, Zoro sabía que Sanji no lo hacía. Él tampoco me agrada; era evidente en la forma en que miraba y hablaba con Zoro; hostil y acalorado, como si Zoro hubiera asesinado a toda su familia o algo así.
Por eso a Zoro le gustaba mantenerse alejado del cocinero tanto como fuera posible, y Zoro supuso que esa también era la razón por la que el cocinero tampoco intentaba hablar con él. Sanji siempre trató de llevarse bien y vincularse con los demás miembros de la tripulación; les hizo preguntas sobre su lugar de nacimiento, sus platos locales favoritos y sus mejores recuerdos. Sanji nunca se molestó en hacerle esas preguntas a Zoro, ni siquiera cuando estaban solo ellos dos en la cocina, lavando platos después de la cena.
Zoro estaba bien con eso, desde la primera vez que vio a Sanji, supo que no se llevarían bien, y aunque podría tomarlo algo personal de vez en cuando, nunca dejó que eso interfiriera cuando más importaba. .
-"Sanji, ¿por qué este mochi es de color?" - Preguntó Chopper mientras señalaba el lote más pequeño de mochi verde que Sanji había dejado a un lado en el mostrador.
-"Oh, ese es para Zoro" - respondió distraídamente mientras continuaba organizando los otros mochi de color blanco como obras de arte en varios platos diferentes.
-"No le gustan las cosas dulces, así que le puse menos azúcar" - Lo dijo de una manera tan brusca que Chopper debió pensar que era un conocimiento común por aquí, lo cual no era cierto, porque Zoro nunca le dijo a nadie que no le gustaban las cosas dulces.
Zoro, que estaba a punto de entrar a la cocina para buscar algo de beber, escuchó eso, y aunque fingió no haber escuchado esa conversación mientras hacía notar su presencia, no pudo evitar preguntarse cómo sabía eso aquel hombre de cejas raras.
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A Zoro no le gustaba que lo retuvieran en la enfermería, y ciertamente no le gustaba que lo drogaran hasta perder el sentido. le dijo a Chopper que no quería tomar ningún analgésico, preferiría tomar el dolor, lo haría más fuerte, pero Chopper no quería nada de eso, dijo que Zoro necesitaba más descanso, por lo que le inyectó otra dosis. Zoro se tambaleó en entre el sueño y mantenerse despierto.
