Segunda Parte

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-"Una historia romántica, ¿eh?" - Reflexionó Sanji mientras miraba el cielo nocturno estrellado

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-"Una historia romántica, ¿eh?" - Reflexionó Sanji mientras miraba el cielo nocturno estrellado.

La tripulación había llegado a una isla sin habitantes a la vista. Decidieron que sería bueno pasar un día relajándose en la playa. Nami y Robin pasaron el día tomando el sol mientras Sanji las mimaba a su gusto, mientras los demás pasaban el día jugando en las aguas poco profundas. Cuando cayó el anochecer, hicieron una barbacoa en la playa y, cuando ésta estuvo despejada, encendieron una fogata y se turnaron para contar historias mientras bebían.

Robin acababa de asustar a todos con una historia de terror traumática, por lo que Brook sugirió que Sanji les contara una historia romántica.

-"Tengo una" - dijo después de un rato - "pero no tiene un final feliz".

-"No me importa"- respondio Nami - "siempre que sea buena".

Sanji volvió su mirada hacia la hoguera y había una pequeña sonrisa en sus labios cuando comenzó

“Había una vez un espadachín, era poderoso e invencible. Nadie podía enfrentarse a él, era el espadachín más fuerte de ese reino. A la Diosa le gustó y lo convirtió en su Señor de la Guerra. El espadachín, por supuesto, estaba feliz, porque ser el Señor de la Guerra Elegido de la Diosa es el mayor honor que un simple mortal puede aspirar a alcanzar. Él permaneció a su lado y luchó en su nombre. Derrotó a dioses falsos y ganó guerras para su gloria, y la Diosa estaba complacida con su devoción.

Un día, el espadachín se enamoró de una bella princesa. La amaba tanto que estaba dispuesto a desafiar a la Diosa sólo para estar con esa princesa. La Diosa, por supuesto, estaba enojada, por lo que lanzó una maldición sobre el espadachín y la princesa. La maldición es así...

El día que el espadachín le confesó su amor eterno a la princesa, la princesa desaparecería de la superficie del mundo cuando el reloj marcara la medianoche. El espadachín viviría entonces una vida sin la princesa. Esa es su maldición. Pero la maldición no se detiene ahí... Se extiende desde esa vida, y luego a la siguiente vida, y a la vida siguiente. Sigue al espadachín a lo largo de todas sus vidas siguientes. Y en cada vida, siempre es la misma historia. Conocería a la princesa, se enamoraría de ella, pero la noche en que le declararía su amor, la princesa desaparecería para siempre”

Sanji hizo una pausa antes de agregar:

- "Es una trágica historia de amor, ¿no?"

Nami se encogió de hombros

-"Cliché, pero no está mal".

-"¡Esa historia no tiene nada que ver con el gran romance entre el Príncipe Usopp y la bella doncella del norte!"

-“Es interesante”-dijo Robin asintiendo pensativamente“ -especialmente la maldición que puede pasar de una vida a otra. Uno sólo puede imaginar qué tipo de ley gobierna tal poder”.

ᴇɴ ᴇꜱᴛᴀ ᴠɪᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora