CAPITULO 2

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Taehyung levantó la vista cuando la puerta se abrió y Seokjin entró una semana después. Se encontró con la mirada del hombre, y le sonrió alegremente. Por un momento, casi le pareció ver alivio en los ojos de Seokjin, pero Taehyung sabía que tenía que estar equivocado. ¿De qué tenía que preocuparse Seokjin?

Desde que notó que Seokjin venía al restaurante para el Especial del domingo, se encontró esperando ansiosamente al atractivo hombre. Además de su impresionante apariencia, había algo sobre Seokjin que llamaba a Taehyung en un nivel básico. Sentía la necesidad de asegurarse de que Seokjin estaba bien, hablar con él para que el hombre no estuviera tan solo y dar lo mejor de sí para ver al hombre sonreír.

Oh, cómo quería ver a Seokjin sonreír. Se había convertido en su objetivo. Quería ver esos ojos grises ahumados brillar de alegría. Taehyung apostaba a que su risa sonaría tan profunda y áspera como el whisky y sería tan caliente como el agua bajo el sol de verano. Una vez que Seokjin estaba sentado en su mesa habitual, Taehyung se acercó con un menú y su libreta. Sabía lo que Seokjin iba a ordenar, pero siempre quería darle al hombre la oportunidad de probar algo más.

—Buenas noches, Sr. Windy. ¿Cómo está hoy? ¿Alguna vez ha visto una manada de búfalos, como un búfalo vivo real? Vi un documental sobre búfalos salvajes. Creo que sería genial ver uno en la vida real, ¿verdad?

Seokjin levantó la vista y lo miró. —Café, negro —dijo finalmente—. El Especial del Domingo, chauchas, sin zanahorias. Leche con mi comida.

Taehyung sonrió. —De inmediato, Sr. Windy.

—Gracias, Taehyung.

Taehyung todavía tenía una sonrisa en su rostro cuando se volvió y se alejó. Podría jurar que Seokjin había estado al borde de una sonrisa. Taehyung pidió la orden de Seokjin y luego llevó al hombre algo de café. Quería decirle más al hombre, pero la puerta del restaurante se abrió y un par de personas entraron.

Taehyung resopló. —Le traeré la comida en cuanto esté hecha, Sr. Windy.

—Gracias, Taehyung.

Deseando tener más tiempo para pasar con el hombre, Taehyung regresó a regañadientes al trabajo. Para cuando Lucas tocó el timbre y gritó que la orden de Seokjin estaba preparada, tres grupos de personas más habían entrado al restaurante y el lugar estaba repleto. Taehyung estaba demasiado ocupado corriendo de una mesa a otra para detenerse y hablar con Seokjin. Pero siempre estaba el próximo domingo.

Tuvo un momento para dejar la cuenta a Seokjin, lanzarle una sonrisa y decirle: —Que tenga una buena noche, Sr. Windy. —Antes de que pudiera decir más, Lucas estaba gritando que tenía otra orden preparada. Taehyung suspiró mientras su cabeza caía hacia su pecho.

—Trabajas demasiado duro.

La cabeza de Taehyung se levantó tan rápido como había caído. ¿Le había dicho algo Seokjin? —Me gusta mi trabajo, así que no es tan malo —dijo, pensando qué más decir—. Pero noches como esta desearía ir a pescar en su lugar.

—La pesca es agradable —dijo Seokjin sin mirarlo—. Me gusta pescar.

—A mí también. Yo…

—¡Orden lista, Taehyung! —gritó Lucas.

—Tengo que volver al trabajo. Que tenga buena noche, Sr. Windy. Hasta el próximo domingo.

Seokjin le dio la más leve inclinación de cabeza. Cuando Lucas volvió a llamarlo, Taehyung gruñó y se dirigió hacia el frente de la cocina. Le lanzó a Lucas una mirada asesina mientras revisaba la orden, y luego agarró los platos y los llevó a la mesa correspondiente. La sonrisa en su rostro estaba pegada tan fuerte que le dolían mejillas.

WINDY SPRING XIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora