029. cruciatus curse

13.9K 1.4K 121
                                    

CAPÍTULO VEINTINUEVE«¿Maldición cruciatus?»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO VEINTINUEVE
«¿Maldición cruciatus?»

—¿Escuchan esos gritos? —preguntó Daphne, con el ceño fruncido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



































—¿Escuchan esos gritos? —preguntó Daphne, con el ceño fruncido.

—Pensé que solo yo los escuchaba. —dijo Madelyn.

Theodore asintió, con los ojos entrecerrados.

—Vamos a ver qué pasa.

Los estudiantes salieron apresuradamente del Gran Comedor, guiados por la curiosidad y un creciente presentimiento. Pronto, se encontraron amontonados al pie de la escalera de mármol, formando un semicírculo ante el espectáculo que se desarrollaba.

La profesora Trelawney estaba en medio del vestíbulo, su figura habitualmente excéntrica ahora bordeaba el caos. Sostenía su varita en una mano temblorosa y una botella vacía de jerez en la otra, sus movimientos erráticos y su mirada desorbitada. Su pelo, normalmente recogido en un elaborado moño, se erizaba en todas direcciones, y sus gafas estaban peligrosamente torcidas, magnificando uno de sus ojos hasta un tamaño grotesco.

Los innumerables chales y bufandas que solía llevar con estudiada despreocupación ahora colgaban desordenadamente de sus hombros, dando la impresión de que se estaban desintegrando. A sus pies, dos grandes baúles yacían volcados, uno de ellos como si hubiera sido violentamente arrojado desde lo alto de la escalera. La profesora Trelawney miraba fijamente, con una expresión de terror absoluto, a la profesora Umbridge, quien se encontraba al pie de las escaleras, con una sonrisa tensa y triunfal en el rostro.

—¡No! —gritó la profesora Trelawney, su voz quebrándose en un lamento desgarrador—. ¡No! ¡Esto no puede ser! ¡Me niego a aceptarlo!

—¿No se imaginaba que iba a pasar esto? —preguntó Umbridge con una voz aguda y melosa, pero con un brillo de fría crueldad en sus ojos pequeños.

Madelyn sintió un escalofrío recorrerle la espalda y buscó a Draco entre la multitud de estudiantes. Lo encontró cerca de la entrada del Gran Comedor y se acercó a él, tirando suavemente de su manga.

HOUSE OF BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora