💿🫐˚。─:;𝗔𝗗𝗜𝗖𝗧𝗢/𝗔::; 𝒂𝒅𝒋. Dicho de una persona: Que tiene 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑐𝑖ó𝑛 a algo o a alguien.
⋆ ˚⊱ Y eso es lo que tú eres: una 𝒂𝒅𝒊𝒄𝒕𝒂, una adicta a alguien,
a un toque un roce una caricia, pero solo de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si había algo que no te esperabas era estar atrapada en esta situación nuevamente... Kaeya, tu jefe, estaba frente a ti mientras acariciaba tu clítoris seguido de unos acalorados besos en tus labios y sus pellizcos fuertes—pero no tan fuertes— en tus pezones.
Y todo esto en la silla de su oficina, podrías jurar jamás imaginarte en una situación así con tu jefe... tu manos temblorosas estaban tapando tu boca para evitar cualquier tipo de sonido que saliera de ella, lo menos que necesitabas era que alguien los descubriera en estos momentos, Kaeya había dejado de besarte para observar por un momento todo el desastre nervioso que estabas hecho ahora, tu falda tirada en el suelo y tu camisa abierta dándole acceso entero a tus pechos. El hombre te sonrió burlonamente y acarició más rápido tu clítoris provocando un fuerte gemido de tu boca.
—¡Ka-Kaeya! —Gimoteaste al sentir el aumento de rapidez en su caricia, Tu jefe solo sonrió y luego agacho su cabeza para mordisquear tu cuello, oh dios... Aquel hombre solo estaba logrando estimularte más de lo que ya estabas. Luego de un rato de roces y toques, tú superior se detuvo abruptamente y volvió a ponerte la ropa que faltaba para cubrir tu cuerpo.
—Oh mi querida, _____, es una lástima no poder continuar esto como lo deseaba... —Comentó el peliazul con un tono dramático de decepción mientras te ponía tus bragas para luego ponerte la falda, miró tu pecho aún desnudo con un deseo indescriptible mientras masajeaba tus muslos—. Deberías dejar de tentarme tanto... Tal vez algún día no me resista más y te marqué en el cuello, sería un lugar donde todo el mundo podría verlo... —Dijo con un tono burlón.