1. Autocontrol

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El deseo, los jadeos, la sensación de tirarse al primer extraño que pasará enfrente. Hawk sabía que eso solo era producto de su celo, nada más eso, pero pensó que llegaría la próxima semana, no justo ese día. Abrazo sus piernas mientras se ocultaba en una esquina del pasillo, no podía pensar con claridad y sabía que era peligroso que un alfa se le acercará.

Recostó su rostro sobre sus rodillas soltando un largo suspiró, ahora estaba recapacitando que había sido pésima idea ir por el libro de pociones a la biblioteca, mejor lo hubiera dejado allí para ir otro día. Pero no, el chico quería ir por su libro justo ese día.

Su equipo estaba en los jardines de la academia, demasiado lejos de la biblioteca.

Un aroma de hierbabuena y pimienta se posó en su nariz haciendo que un ceño fruncido se manifestara en su rostro, mordió instintivamente una de sus uñas, era un pequeño tic que había adquirido con el paso del tiempo, cada vez que estaba nervioso lo hacía, sin contar que las mayoría de veces terminaba quitándose la uña entera dejando un par de heridas en sus manos.

— Es el nieto de Blancanieves — escuchó cerca de él, pero aun así no levantó la cabeza, en cambio, se abrazó más fuerte a él mismo, sintió el dolor de su dedo pulgar, se había arrancado la uña.

— ¿Lo llevamos a la enfermería? — escuchó otra voz.

— No — dice otra voz con un tono más grave — Ayudémoslo, necesita un alfa después de todo.

Soltó un gruñido alertando a los dos alfas que estaban cerca de él, seguía nervioso pero no pensaba perder tan fácilmente.

Pero parece que los chicos hicieron oídos sordos ante su advertencia llegando a sacarlo de su pequeño escondite con fuerza, ahora estaba en medio del pasillo con lágrimas saliendo en sus ojos por el dolor que sufría su cuerpo, en sus manos mostraba las pequeñas mordidas que él había dejado junto con un poco de sangre. Uno de los alfas sujetaba su brazo con demasiada fuerza, tanta que dejaría moretones en su piel.

Estaba por gruñir nuevamente hasta que un gruñido mucho más grave y fuerte que el de él se escuchó en el pasillo haciéndolo temblar de miedo, sin contar de baja la cabeza en una clara señal de sumisión, nunca le había acontecido algo así. Parece que no había sido el único afectado por el fuerte gruñido, ya que los dos alfas que estaban enfrente de él temblaron en su lugar llegando a soltarlo.

— Largó — advierte la voz del nuevo alfa, sabía que conocía la voz, pero no sabía exactamente de dónde, su cabeza no quería recordar. Los dos alfas que estaban cerca de él corrieron lejos, dejándolo solo en el suelo. Sentía el lubricante natural salir de él, haciendo que se sonrojaran de vergüenza, volviendo a su pequeño tic, ahora con su mano izquierda. — Maldita sea, Hawk.

Levantó su mirada, notando los ojos amarillos de su compañero, quien lo miraba preocupado. Sin contar que con una mano se tapaba la nariz y la otra alejaba supuestamente su aroma de manzana.

Travis se acercó a él, le sorprendió no gruñir ante el acercamiento del alfa, tal vez porque confiaba en él; alejó uno de sus dedos de sus labios, alejando su mano izquierda, Travis con un suspiro lo cargo fácilmente al estilo de princesa, aún en su rostro mostraba lo sonrojado que estaba por el calor y la vergüenza de la situación.

— Iremos a la enfermería, tardaremos unos minutos, descansa mientras tanto— su cerebro no procesó muy bien la información, pero aún así, intentaba recordar el camino de la enfermería, recostó su cabeza en el pecho de Travis para cerrar sus ojos para sentir más de cerca el aroma a madre selva y pintura acrílica que desprendía Travis.

Notó cómo su compañero se detenía a mitad del camino, pero no puso atención. Solo notó cómo el olor se intensifica y el calor del cuerpo de Travis se acercaba a él. Luego volvieron a su camino a la enfermería.

[...]

— Ya despertó — escuchó la voz de Rose quien hablaba con alguien más.

— Qué día es.

— Ya es tu segundo día en la enfermería, dormiste mucho. — dice Joy viendo a su amigo.

Hawk parpadeo varias veces para enfocar su visión, observó a sus compañeros alrededor de él dando pequeñas sonrisas aliviadas.

— De suerte, Travis te encontró — la respuesta de Ling Ling hizo que Hawk voltearan a ver a su amigo, quien sonrió y sacudió su mano izquierda, donde tenía un vendaje desde su muñeca hasta su codo.

— ¿Qué te sucedió? — preguntó el chico señalando el vendaje.

— Bueno, es complicado — respondió el chico.

— Se mordió el mismo para evitar dañarte, un gran autocontrol, si quieres mi opinión— entró la enfermera con un vaso de agua y una píldora azul. Su respuesta hizo sonrojar al nieto de la Bestia — Estaba lleno de sangre cuando llegó, incluso pensé que se había quitado un pedazo de carne de una sola mordida.

Las chicas solo vieron a su compañero, quien, por su postura, quería hacerse bolita y desaparecer.

— Y tú — ahora su actitud estaba dirigida al pequeño Blancanieves — Tienes que ser más precavido con tus celos y dejar de hacer ese tic nervioso que tienes, te estás dañando — señaló las curitas y pequeños vendajes que Hawk tenía en sus dos manos, haciendo que el chico se avergonzara— Si tu amigo no te hubiera encontrado algo malo te hubiera pasado. Ahora tienes que tomar esté supresor para poder salir de la enfermería.

Hawk tomó rápidamente la píldora para evitar más regaños, incluso tenía un pequeño puchero en el rostro. Tardó un poco en hacer efecto, pero le dieron el alta ese día.

— Lo siento, Travis — fue lo único que dijo Hawk a su amigo cuando logró salir de la enfermería.

— No fue nada, Hawk. Eres mi amigo y no dejaría que nadie te hiciera daño, ni siquiera yo.

Los chicos solo sonrieron y apartaron la mirada, avergonzados de la situación para después cambiar su tema de conversación. Las chicas solo se veían fijamente entre ellas después de ver esa interacción.

— Apuesto a mis botas Dragucci que terminan juntos — comenzó Rose iniciando una apuesta con sus amigas.

— Yo mi arco favorito.

— Mi libro de literatura preferido.

— Mi almuerzo — todas vieron con asco la comida que traía Joy, que en esa ocasión había traído saltamontes salteados con larvas.

— Mejor no — responde amablemente Rose a su amiga.

— Más para mí.

El Príncipe y la Bestia ( Omegacember 2023) [ Travis x Hawk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora