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El día estaba caluroso, tanto que la pelinegra estaba odiando con su vida a su mejor amigo por ponerla a trabajar en un día así. Realmente Han no le daba trabajos pesados en el taller, pero el solo hecho de salir de su casa ya era suficiente para ella. Entro al taller encontrándolo vacío.
¿En serio? La hacían levantarse en vano, madrugaba para que luego no haya nadie esperándola.
—¿Han?—Intento llamarlo pensando que tal vez se encontraba en la oficina solo, pero no obtuvo respuesta y cuando subio las escaleras se encontro con todo apagado. Estaba sola, como ya se imaginaba.—Mierda.—Maldijo para si misma mientras prendía todo en la oficina para acto seguido mandarle un mensaje a su amigo, quien le dijo que lo esperará allí.
Bajo nuevamente al sector de abajo dejándose caer en uno de los sillones que había ahí. No sabía cuanto iba a tardar Han, ni que estaba haciendo asíque decidió ponerse comoda para esperarlo.
Espero durante una hora y media, hasta que vio la puerta del taller abrirse dejándole ver a su amigo, pero Han no entro solo al lugar, detrás de él paso un chico rubio de ojos azules.
—¿Donde estabas metido?—Pregunto levantandose de su asiento. El rubio se sonrió mientras dejaba sus maletas aun lado.—Me dijiste que teníamos trabajo, por eso me levante temprano.—Le reclamó.
—Fue a buscarme al aeropuerto.—Respondió el ojiazul antes que Han pudiera hacerlo. La joven clavo su mirada en él al escucharlo.—Espero no te moleste.
—Brian, me pidió que fuese a buscarlo al aeropuerto.. Fue algo imprevisto, no tuve tiempo de avisarte.—Explico Han sentándose.—Asíque no seas grosera y preséntate con él, por favor.—Pidió señalando al rubio.
—Soy Lía, un gusto.—Se presentó, tendiéndole la mano al rubio quien con una sonrisa la acepto.—Lamento haber sido un poco grosera, no suelo ser así nunca.—Se disculpo.
—Tranquila, no te preocupes.
—Y entonces, ¿Qué te trae a Tokio?—Le pregunto con una sonrisa intentando generar una charla, pero la voz seria de Han la confundió.
—Lía.
—¿Qué? ¿Qué dije?—Pregunto ante el regaño de su amigo. Estaba acostumbrada a que Han la regañara por ser muy directa o a veces la frenaba para que no se metiera en problemas, pero ahora estaba segura de que no había dicho nada malo.
—Tranquilo, Han. Ella no sabe lo que sucedió.—Intervino Brian.—Me separe hace un tiempo y vine para despejar la mente.—Comento explicandole la situación.
—Oh.. Lo siento, no sabía.
—No te preocupes.. No es tan doloroso como Han cree.—Intento restarle importancia aunque en un punto era cierto, ya no dolía tanto.
—¿Ah no?—Pregunto el asiático. La joven no sabia mucho sobre la situación por lo que decidió mantenerse callada para no meter la pata.
Negó.—No, supongo que ya pase por el momento doloroso del duelo ahora solo estoy intentando dejar atrás todo por completo.
—¿Has hablado con Dominic?
—No.. No mucho.—Suspiro.—No parecía estar muy contento la última vez que hablamos.. Espero que esto no termine afectando nuestra amistad.—Al parecer era un tema que lo preocupaba mucho.
—Bueno, dejaste a su hermana.. No creo que eso lo tenga muy feliz.—Comento Han. La pelinegra lo miro, haciéndole una mueca como diciéndole que no era un buen comentario para hacer.—Lo siento. No creo que esto pueda afectar su relación, no hiciste nada malo O'conner.
—Lo se, era necesario.—Aseguro ahora más relajado.—Ahora necesitó conseguir un departamento para el tiempo que este aquí.
—Puedes quedarte en casa.
—Lo haré, pero tengo pensando quedarme bastante tiempo.. Asíque quiero buscar un lugar para no molestarte demasiado.—Explicó bajo la atenta mirada de la joven.
—Entonces tendremos que mostrarte la ciudad.—Murmuro la chica con emoción ganándose la mirada de ambos amigos.
—Si, me encantaría.
—Mañana tenemos el día libre podríamos salir.—Propuso Han mirandolos.
