Capítulo 1

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Cierro la puerta suavemente y me doy la vuelta. Los rayos de luz de las primeras ho-

ras de la mañana me iluminan la cara cuando me dirigo hacia la calle. Aquel día, tenía la esperanza de que iba a ser bueno. Aunque fuera el primer día de clase, a la tarde había una fiesta de bienvenida a los nuevos becados, y el año pasado estuvo bastante divertido.

Llego a la escuela, Gaederth Academy, y veo a Dafne. Lleva el vestido que se compró hace una semana, ese que le queda tan bien. Un vestido azul claro que a primera vista parece blanco con bordados en blanco de plantas que nacen de la cintura conjuntado con un corpiño negro que termina en pico. De verdad que Dafne parece una diosa.

—¡Leah! —me grita cuando me ve. Viene corriendo mientras que el bolso de tela que lleva le rebota al costado. Es el bolso que todos los becados llevamos para que de una manera u otra se nos distinga de los verdaderos nobles. Nuestros bolsos son verdes, y los suyos azules.

—¡Que guapa que vas con ese vestido! —le digo cuando se me acerca y literal- mente salta encima de mí para abrazarme.

—Ya lo sé. Ven. —Me agarra del brazo y tira de mí hacia Ilena—. Tu vestido también está bonito, que no se te olvide.

—Nunca se me olvidaría. Me lo regalaste tú, ¿cómo lo iba a olvidar?

—No lo sé, pero eres capaz de cualquier cosa.

Me suelta del brazo cuando llegamos a donde Ilena. Yo no he hablado mucho con ella, pues soy muy tímida, pero Dafne consigue hacer amigos donde sea, y esta es uno del año pasado. Por lo que me enteré se conocieron en una fiesta del príncipe donde literalmente Ilena casi pierde un dedo. No me he enterado exactamente de cómo fue eso, pero esta en mis tareas pendientes preguntarselo a Dafne.

—Bueno, creo que ya os conocéis pero por si acaso, Leah, Ilena, Ilena, Leah —nos presenta.

—Dafne, por favor, si el año pasado fuimos juntas a clase —dice Ilena, poniendo los ojos en blanco.

—Ya lo sé, pero, repito, por si acaso —dice.

Esta vez, es a mí a quien le toca poner los ojos en blanco y comento:

—¿En que clase os ha tocado?

Primero contesta Ilena, pues ambas ya sabemos en qué clase está Dafne.

—Ah, sí, es cierto. A mí en la clase A. No se si lo sabéis pero estoy junto a la princesa Bronte. —Eso es lo que hace que automáticamente le dé buena reputación a la clase—. ¿Y tú?

—Uff, yo en la D. La última de todas y lejos de vosotras. —Sí, porque Dafne está en la clase B.

—Heyy, no es tan mala, estás enfrente de 6D —intenta animarme Ilena. Dice ese número como si fuese algo obvio, pero no sé qué tiene de especial esa clase.

—Sí... ¿Y?

—¿No te has enterado, tía? —me grita Dafne—. A esa clase van Aidan y Leander.

Príncipe e hijo del capitán del ejército más importante del reino (lo que básicamente significa mano derecha del rey en cuestiones militares y un amigo de confianza), respectivamente. Todos saben que este par son mejores amigos.

Mi cerebro no procesa esa información demasiado rá- pido, porque tardo unos diez segundos en abrir los ojos y taparme la boca. ¡Delante de mi clase están Aidan y Leander! ¡Aidan y Leander! No me lo puedo creer. Ahora mismo estoy saltando de alegría.

Sé que sin contexto esto suena muy raro, pero eso hace que automáticamente mi clase también tenga buena reputación y que en excursiones de entre quinto y sexto estemos juntos. Ni me lo puedo creer.

Una Corte ApasionadaWhere stories live. Discover now