2/ (⁠✿ Interes ✿)/

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No me dejó muchas opciones, ahora estoy atrapada en su red y aunque me gusta la idea de saber más sobre el, con el tiempo después se aburra de mi. No pude escapar y ahora estoy en su casa, estoy siendo como su almohada personal.

– Cuéntame sobre ti — me dijo mientras el está acostado sobre mi regazo.

– Que te gustaría saber...— dije. Me miro y deslizó su mano sobre mi rostro.

– ¿Cuando es tu cumpleaños? ¿Que edad tienes realmente?

– Tengo 16 años, mi cumpleaños es el 8 de diciembre — respondí.

– Es al día siguiente de mi cumpleaños — dijo y mirandome con emoción como si fuera un niño pequeño — estamos destinados a estar juntos.

Deslizando sus dedos sobre mis labios y acercando su rostro del mío, con intención de besarme pero puse mi mano, el se decepcionó al no lograr su objetivo.

– Gojo-san, no puedo estar contigo... — dije mientras me alejaba.

– Soy un hombre que siempre consigue lo que quiere — sonrío, volviendo a abrazarme.

– No soy un trofeo, un objeto que puedas conseguir — dije.

– Eres linda cuando te pones difícil — río un poco, robándome un beso corto de mis labios — ya es momento que te deje en tu casa. Si te tuviera más tiempo podría terminar por hacer travesuras.

– Yo puedo ir por mi propia cuenta — dije, evadiendo lo último que dijo no necesito que me lleves.

– Está bien — sonrío, en su mano derecha mostró mi arete perdido — tendremos otra cita el fin de semana, me quedaré con tu arete como un recuerdo tuyo.

– Aún no entiendo porque te has fijado en mi — dije mientras me alejaba de el, abriendo la puerta. Sentí un peso cerca de mi, me acorraló contra la puerta y sintiendo la respiración caliente cerca de mi cuello y haciéndome estremecer en cada parte de mi cuerpo.

– Me gustas, desde el primer momento que te vi — hizo a un lado mi cabello, depósito un beso húmedo mientras sostenía mi cintura y apegandome completamente a el.

Tenía miedo, mucho sentía que podría nuevamente ser devorada por el peliblanco y lo peor es que estaba apunto de ceder. Es más alto que yo, al igual que sus manos, es perfecto en todos sus sentidos. Volteó para mirarlo y no resistí más, estampe sus labios con los míos, río por acto pero no sé resistió y me siguió el beso; besandonos de forma apasionada y devorando nuestros labios cada segundo hasta que ya no pude seguirle el ritmo y tuve que separarlo. Se sorprendió por lo que había hecho, las manos de Gojo ya se encontraban sobre mi cuerpo, había subido mi falda y estando mis piernas abiertas, mis manos estaban sobre su espalda.

– ¿Quieres seguir? — pregunto satoru, de forma seductora cerca de mis labios, sin quitar sus manos sobre mi.

N-no...me voy — lo empujo con suavidad y salí con prisa del lugar.

Se sentía muy avergonzada, había perdido el control y cedió un momento sobre el, le había prometido a su hermana que se portaria de una forma que a él no le gustaría, que le pediría que se alejara. Todo salió lo contrario y ahora debía explicarle todo lo que había sucedido, se dió prisa en llegar a su casa y no sin antes cambiarse su vestuario.

Tuvo mucho cuidado de que nadie la siguiera, en cuanto llego a su casa; su hermana la esperaba en la entrada de la casa, con los nervios de si algo le habría sucedido

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Tuvo mucho cuidado de que nadie la siguiera, en cuanto llego a su casa; su hermana la esperaba en la entrada de la casa, con los nervios de si algo le habría sucedido.

– ¿Cómo te fue? — pregunto y tocando el rostro de hermana menor — ¿Ya dejará de buscarte?

– No, enserio trate de decirle que no me siguiera buscando pero no lo entendió — dijo, su hermana la miro detenidamente.

– Si, me imagine algo así — dijo y cruzando de brazos y comenzó a caminar de un lado para otro — bien, solo queda que sigas con el hasta que se aburra de ti.

– Yo lo veo complicado — murmuré en voz baja y por suerte su hermana no escuchó.

💕.......💕

Martes de de educación física y siendo lo mejor del mundo, poder correr, sudar bastante y también ir a espiar a los chicos de segundo, ver cómo juegan básquet.

– Es tan sexy — comento una de las chicas de mi salón mientras miraba fijamente a Gojo, comiéndolo con tan solo la mirada.

– Es tan ardiente — hablo otra de las chicas.

– Y tan bueno en la caman — dijo otra de las chicas, las tres se sonrojaron.

Me disgusto sus comentarios, aún siguen esos rumores sobre Satoru y no pudo evitar pensar que soy otra de su gran lista de conquistas. Mi amiga noto mi molestia, golpeó mi brazo y me miro con una sonrisa.

– Volvamos afuera — dijo, acepte en irme.

Nos pusimos de pie y con intención de irnos del gimnasio, cuando nos íbamos alguien me lanzó un balón en cabeza.

– Idiota — maldije en voz baja, sobe mi cabeza.

– Que tonta — rio a carcajadas, señalandome y los demás rieron.

– Satoru, no te burles de los débiles — dijo su amigo.

– Quién es tan tonto como para burlarse de los débiles — dijo el — en fin es su culpa.

Lo fulmine con la mirada y salir corriendo del gimnasio, mi amiga me siguió el paso, las burlas siguieron mientras salía.

– Es un idiota — dije mientras caminaba en los pasillos de la escuela.

T/n, se lo molesto que puede ser pero solo ignóralo — hablo Río.

– Lose...— suspiré con pesadez.

– Vayamos después de clases a un karaoke, hace tiempo que no vamos juntas.

– Bien — le sonreí.

Volvimos a nuestro salón y por suerte aún no había nadie, aún estaban espiando a los chicos.

– Mierda, dejamos nuestras sudaderas — comento Río.

– No recuerdo donde ..— dije mientras desataba mi cabello.

– En el gimnasio, yo iré por ellas.

– ¿Segura?

– Si, además tu no recuerdas dónde lo dejamos, es mejor que yo vaya.

Salió del salón, entonces aproveche para ir al baño para enjuagar un poco mi rostro y entonces escuché unas voces cerca del baño, una de ellas me era conocida.

– Salgamos está noche, Gojo — hablo una chica, con voz muy melosa.

– No puedo, tengo planes con Suguru.

– Pero siempre dices eso. Me estás evadiendo desde hace un tiempo.

No pude evitar acercarme y escuchar mejor su conversación.

– Tengo novia, no quiero que ella se entere — se excuso Gojo.

– ¿Quién es? ¿Va en nuestra clase?

– Ella es...

Me recargue mas sobre la puerta y entonces un mal paso provoco que cayera en sus pies, ambos me miraron.

– Tu, otra vez — me miro fijamente Gojo.

– Si, lo siento — me levanté con prisa y salí huyendo. Sentía mis mejillas arder, no podía sentir más vergüenza en mi vida, ha sido mucho por un día.




// C o n t i n u a r á //

Amor a primer encuentro  (Satoru Gojo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora