Capítulo 4

491 37 4
                                    

En la reunión de la Resistencia, Ravel mantenía la calma mientras que Azazel tomaba la palabra.

Azazel: El día en que Kenichi desapareció, se reportó una anomalía, supusimos que era Great Red, quien había aparecido, pero no era él.

Ravel: Y esa anomalía ¿En dónde se originó? – el caído señala el mapamundi, en el país de Perú. – Así que allí estaba...

Sirchez: Sí, pero eso es lo que se lo llevó, si bien conocíamos de la ubicación debido al video, poco después se registró esa anomalía y desapareció.

Ravel: Bien, entonces iré a Perú a buscar más. – el pelirrojo levanta la mano.

Sirchez: Espera Ravel, sé que quieres buscarlo y no te detendremos.

Ravel: Entonces ¿Qué quieres?

Sirchez: Tomamos la decisión de llevarte con un equipo. – la rubia iba a decir algo pero el pelirrojo continúa. – Sabemos que puedes resolverlo sola ya que entrenaste y no lo estamos cuestionando. Pero tenemos reportes de que la Nueva Facción está merodeando en ese lugar.

Ravel: ¿Y no me lo dijiste antes? – afilaba la mirada. – Además, sé cuidarme bien, por lo que prefiero trabajar sola.

Michael: Teníamos que confirmar las fuentes y sabemos de tu fuerza, sin embargo, ten en cuenta de los aliados del Maou y de sus esposas. – la rubia aprieta los dientes.

Ravel: El mismo Maou que ustedes mimaron y crearon. – todos bajaron la cabeza, ese error se los recordaría una y otra vez.

Yasaka: Po-Por favor Ravel-san...

Ravel: Cierra la boca, zorra asquerosa, no te bastó con cumplirle todos sus caprichos. – la señala con repudio. - ¿Y cómo te lo pagó?

Yasaka:....

Ravel: ¿CÓMO TE LO PAGÓ?

Yasaka: Qu-Quitándome...el puesto...

Odín: Mocosa.... – la rubia la mira con unos ojos llameantes. – Ravel, esto es algo que no puedes hacerlo en solitario.

Ravel: ¿Y quiénes irán conmigo? – Sirchez hace un ademán para que abran la puerta e ingresan unas personas, haciendo que la rubia muestre un rostro de desagrado. – De entre todas las personas ¿Tenían que darme a estas suripantas?

Las mencionadas bajaron la cabeza, quienes acompañarían a Ravel eran Koneko, Rossweisse, Xenovia, Serafall, Sairarorg y Penemune.

Sirchez: Entendemos tu desagrado pero entiende que no puedes hacerlo sola.

Ravel: ¿Qué no se supone que estas "señoritas" estaban inestables después de lo que pasó con ya saben quién?

Rossweisse: Ravel...

Ravel: Cállate, no quiero escucharte profesora de quinta.

Sirchez: Por favor Ravel, estarás escoltada con Sairaorg.

Ravel: ¿Y eso qué? ¿Acaso no estaba de acuerdo con el reemplazo del pilar de su tan "gloriosa" alianza?

Sairaorg: Sé que estás enojada con lo que hicimos y sé que ni disculparnos, se arreglarán las ya que fueron los resultados de nuestras decisiones.

Ravel: Es lo menos que deberías tenerlo en cuenta. – respondió mientras se calmaba. – Entonces... debo a ir con ellos ¿Verdad? – Sirchez asiente.

Sirchez: Sé que por lo que pasó, no quieres que vayan contigo, pero la situación está peligrosa.

Ravel: Humph, como sea, los espero listos en treinta minutos.

Este ahora es mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora