Sergio Perez recoge a un prostituto en medio de la noche y decide quedárselo, el plan nunca fue enamorarse.
La clásica historia de pretty woman versión Chestappen.
Adaptación de mi historia "Prety woman a Checlerc story"
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Sergio estaba peinándose en el baño cuando Max se le acercó por detrás, posando sus brazos alrededor de su cintura y apoyando su barbilla en la cabeza del azabache, habían pasado cuatro días desde que Sergio conoció a Max y ya se había acostumbrado a la presencia del niño, al calor de su cuerpo en la cama de Sergio, a su canto en la ducha y todas las demás cositas que hacía el menor, que había descubierto en su tiempo juntos.
"No juegues tanto con tu cabello, se ve mejor cuando está despeinado" dijo Max, enderezándose para poder pasar los dedos por los risos oscuros "Tienes suerte de tener un cabello como el tuyo".
Los ojos de Sergio se cerraron ante el contacto, un suave suspiro se le escapó. Los dedos de Max eran mágicos cuando jugaban con el cabello de Sergio, lo ponía a dormir pero el tenía una reunión, así que le quitó la mano al rubio "No lo hagas, me darás sueño."
Max le sonrió brillantemente, pasando sus dedos en el cabello de Sergio. "Lo sé, esa es la idea" respondió, inclinándose para besar el cuello del mayor "Si te quedas dormido, tendrás que saltarte tu pequeña reunión y quedarte aquí conmigo".
Sergio gimió y trató sin éxito de zafarse del agarre del rubio, el chico era delgado pero bastante fuerte, y no estaba por encima de usar la fuerza a su favor cuando quería conseguir algo. "Tengo que ir a esta reunión, Maxie, ya la pospuse una vez, por tu culpa por cierto, no puedo hacerlo dos veces" dijo Sergio, quitando las manos del menor de su cabello.
"Pero quiero que te quedes, por favor papi", dijo Max mientras mordisqueaba el cuello de Checo, con las manos subiendo por debajo de su camiseta, Sergio suspiró de nuevo, un escalofrío de excitación recorrió su espalda, este niño iba a ser su muerte.
"Max, no, deja de hacer eso" ordenó el mayor, agarrando la muñeca de Max cuando sintió que el joven alcanzaba su cinturón, el otro sólo hizo un puchero a modo de respuesta "Vas a hacer que llegue tarde, detente, lo digo en serio" hablo Sergio con firmeza y finalmente pudo darse vuelta en los brazos del más alto, mirándolo severamente, su niño parecía infeliz, pero hizo lo que le pidió, con sus brazos cruzados.
"Eres tan malo conmigo" se quejo Max, haciendo un puchero, Sergio puso los ojos en blanco juguetonamente, dándole al chico una palmada en el trasero antes de regresar a la habitación, con el menor detrás de él.
"Sí, soy un monstruo, te compro ropa nueva y joyas, te doy la mejor comida, te dejo manejar mi casa gigante. ¿Cómo lo soportas?" Sergio preguntó, mientras Max se dejaba caer en la cama dramáticamente.
"¡Eso es lo que me pregunto todo el tiempo! Realmente deberías de ser más amable conmigo, antes de que encuentre a un viejito magnate con pocos años de vida restantes, que sea más rico que tú, apuesto a que el si se saltaría reuniones por mí..... ya se, Lawrence Stroll" dijo entre risas el menor, Sergio solo se rió.
