El otro hermano

Capítulo número siete

Ya estamos casi llegando al final de la historia, espero lo disfruten.

Por favor, lean la nota del autor al final, es de importancia

Disfruten

Avisos: James y Lily vivos, Harry tiene un gemelo.

Universo alterno

Capítulo 7

El sonido que provocaban los vidrios al explotar, a Harry le perforaba los odios. Habían pasado quizás 30 segundos desde que se había escuchado la voz de Voldemort y Ginny continuaba bajo él, mientras todo el resto de su familia se encontraba agachados en posición de ataque. Vio cómo su padre movía su varita, seguramente conjuntando un patronus para poder contactarse con los demás miembros del Ejercito del Fénix y que serían de ayuda en lo que siguiera a aquellos sucesos.

Sintió miedo, se supone que el ejército del señor Tenebroso estaba conformado por miles de sus seguidores que era tanto humanos como criaturas de otras especies y, además, la masa de personas que conformaría el ejército del Fénix no llegaría hasta dentro de una semana. Su cabeza trabajaba rápidamente, debía idear un plan donde salvara a su bebé y también, logrará que todos terminaran convida. Sabía que era una misión imposible, pero tenía un montón de razones por cuales luchar... pero si moría, lo único que pedía era ver, aunque sea una vez, a su pequeño hijo o hija.

Escuchó la voz de Sirius a la lejanía y lo miró: él movía las manos frenéticamente, intentando dar indicaciones.

–Vamos al jardín trasero, junto a los rosales hay una habitación secreta en caso de emergencias –gritó.

Harry se puso de pie, tomando a Ginny de la cintura, buscó a Lucy con la mirada y yendo junto a ella, la tomó de la mano para luego desaparecer del salón, el que, en menos de un minuto, quedó reducido a escombros. En ese momento, el moreno se preguntó cómo rayos habían logrado desbaratar todas las protecciones de la mansión. Su madre le había dejado en claro que después de la boda que jamás resultó ser, habían cambiado los hechizos, e inclusive algunos habían sido creados especialmente por el mismísimo Albus Dumbledore. De seguro había algún traidor entre sus filas, pero ¿quién?

Aparecieron junto a los rosales que su madre había plantado cuando aún era un niño.

Lily se movió con rapidez y con unos toques de su varita sobre una de las plantas, la tierra se movió, para dejar a la vista una escalera pequeña que conducía a una puerta de madera sin pomo, que se veía bastante pesada. La mujer colocó una de sus manos sobre la puerta y dijo unas palabras en un idioma que Harry no logró reconocer y esta se abrió.

La estancia se caracterizaba por ser casi una copia de una de las habitaciones de la mansión; era amplia, y contaba con todo que se pudiese necesitar en una guerra como alimentos, cama, pociones, herramientas de curación, armas que iban desde espadas hasta varitas, cosa que asombró a Harry. ¿De donde se supone que las habían sacado? ¿Era acaso eso legal?

Su ensoñación se vio interrumpida por la voz de Remus.

–¿Tienen algún plan? -preguntó, su voz se escuchaba un poco cansada. A veces Harry olvidaba que sus padres y tíos no eran ya tan jóvenes.

–He enviado un mensaje a Dumbledore, si ahora salimos a luchar contra Voldemort sería buscar la muerte. Pero no creo que debamos huir, eso sería de cobardes, además, no creo que Voldemort nos deje ir tan fácil, seguro está esperando eso de nosotros. Lo más probable es que Albus tenga algún plan, así que seguramente, él se contactará con todos los demás miembros del ejército del Fénix, inclusive aquellos que no están en Inglaterra. Así que no debemos hacer más que esperar... –su padre hablaba con seguridad, pero Harry notó como su mirada estaba un poco perdida.