DRÁCULA : REENCARNACIÓN | KOOKMIN |

Capítulo 01: Demonio

La guerra que nos ha declarado el reino vecino está cada vez más cerca de lo que todos creen, no hay un ejército preparado, somos solo un reino y su pueblo; solo jóvenes atemorizados y madres en llanto, no hay salida para nadie.

Y su única esperanza soy yo, el rey del castillo Drácula, un hombre y también un esposo que está dispuesto a hacer lo que sea necesario por su gente.

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Mi caballo y yo nos dirigimos a toda velocidad hacia las afueras de todo territorio, me adentraba a tierras ajenas, no son de nadie y nadie las ha proclamado suyas porque allí habita un demonio.

En otras condiciones, estaría atemorizado por estar cerca de esta cueva, pero tenía un panorama diferente en este momento, solo quería salvarlos de esta inminente amenaza.

Escale la montaña hasta llegar a lo más alto, mi capa roja se sacudía estrepitosamente ante la fuerza del viento en esta altitud. Trepe y subí a lo más alto dónde se hallaba la cueva, en ese momento el cielo se nubló y con decisión entré.

Debajo de mis pies tronaban huesos, los insectos corrían por las paredes de la cueva, pero aun así no tenía miedo.
Llegué al fondo de la cueva, justo enmedio de una lápida cubierta con sangre y una persona atada sin vida.

-¡Qué exquisitez! -alguien dijo a mi espalda.

Sabía que era a quien buscaba, giré mi cuerpo y no había nadie, cuando volví a girar hacia el humano atado, allí lo encontré, bebiendo la última gota de su sangre.

-Normalmente cuando entran aquí huelen a miedo, pero tú hueles a esperanza, ¿qué hace un rey aquí con esperanza?

-Eres mi única salida -Dije, lo vi reírse con la boca llena de sangre.
Se acercó hacia mí y me tomó por el cuello, olfateo y sonrió.
-Sí, eres tú -dijo el diablo con una sonrisa en cara.

-Ahg... a mi pueblo lo atemoriza el reino vecino -exclamé sin aliento, su uña se enterraba en la vena de mi cuello y aun así no temía morir.
-Nos ganan en ejército y mi pueblo temen ser tomados como esclavos, solo somos un reino tranquilo

Él se rio:
-Pero tú has matado a cientos, ¿no?, por qué lo harías si solo eres el rey de un pueblo tranquilo

El recuerdo me carcomió
-Solo era mi deber -pero la mano del diablo apretó más, se había enfurecido.

-¡No mientas!, ¿cuántos fueron? -Ordenó

-Mi...miles -Dije, sin arrepentimiento y él lo notó.-Sin sacrificio no hay paz

-Tienes vida, pero no tienes alma, es por eso que no tienes miedo -Finalmente soltó mi cuello.

-Fui hecho para ser un rey-dije con total arrogancia

Pareció gustarle mi respuesta, me soltó por completo y se acercó al cuerpo sin vida.

-Al igual que tú, yo también fuí un rey -me contó, sacándole las manos atadas al muerto.
-Antes de mí, aquí habitaba otro diablo, yo le pedí lo mismo que tú buscas, me lo dio e hice lo que quise, pero al finalizar mis días quedé atrapado aquí, yo lo había suplantado, aquel diablo me había mentido.

Continuó desatando los pies
-Pero hoy yo te ofrezco mi ayuda por tres días, podrás parar tu guerra y volver a ser normal, solo si no pruebas sangre en estos tres días lo que sería casi imposible porque tu apetito será voraz, tendrás que tener fuerza de voluntad.

-Lo soportaré -estaba seguro, no quería quedarme en esta eternidad, tenía esposo, lo mejor de mi vida y un pueblo a mi espera.

-¡Oh, pero si no lo haces, serás para siempre un monstruo! -dijo -Y yo podré salir de aquí para vengar a quien me hizo esto. Yo seré tu salvación así como tú lo serás para mí.