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—Les va a encantar este nuevo lugar, chicos, se lo prometo.

La señora Kim manejaba la pequeña camioneta con sus tres hijos dentro, Kim TaeHyung, Kim JungKook y el pequeño Kim SongJu. Los mayores solamente rodaron los ojos ante las palabras de su madre, mientras que el menor se quejaba en voz alta.

—Hasta ahora vamos seis casas de empeño y once licorerías... claro la nueva casa será genial. —Dijo JungKook lo suficientemente alto para que todos dentro del automóvil escuchen. Su madre se mordió los labios al escucharlo y TaeHyung se giró hacia su hermano, regañándolo con la mirada.

—Quiero irme a vivir con papá. —Lloriqueó SongJu en los segundos de silencio.

—Mi amor, te va a gustar la nueva casa. Es más grande que la anterior. —Argumentó la mujer, su intento de ánimo no pasó desapercibido por sus dos hijos mayores. —Vamos, ayúdame, TaeTae. —Pidió al muchacho sentado en el asiento del copiloto. —Será de infarto.

—Mamá, para. Deja de hablar como si supieras expresarte como alguien de nuestra edad. —Reclamó JungKook chasqueando la lengua desde el asiento trasero.

—No sean duros con mamá, chicos. —Solicitó TaeHyung echando la cabeza hacia atrás, cansado de esas pequeñas discusiones entre esos dos.

—Que aburrido eres, hyung. —Bufó JungKook entre dientes.

—Gracias, TaeTae. —Su madre agradeció acariciando los cabellos castaños de su hijo mayor, este hizo una mueca en respuesta.

TaeHyung era el hijo mayor de la familia, a sus dieciséis años se había convertido en el hombre de la casa. Él se encargaba de proteger a sus dos hermanos menores, JungKook de quince años, y del bebé SungJu, de apenas seis años.

Su padre había decidido formar otra familia a raíz de la tortuosa relación con la madre de sus tres hijos, tampoco es que fuera un hombre responsable, simplemente un día anunció su ida y sin escuchar el llanto del más pequeño, la histeria del segundo hijo o la sensatez de su hijo mayor, se marchó dejándolos sólo con su desorientada madre.

—Me ayudarías mucho si cargas esas cajas dentro de la casa. —Dijo HaNuel con una sonrisa, JungKook volvió a chasquear la lengua mientras guardaba sus audífonos, se puso de pie de un salto y tomó la caja más próxima a su persona para dejarlo en la sala de su nueva casa.

—¡Hey, bebé! Al fin decidiste ayudarnos, eh. —TaeHyung saltó sobre JungKook logrando tumbarlo sobre el jardín delantero. —No seas tan serio, mi amor. —Dijo haciéndole cosquilla en el estómago para lograr hacerle reír, JungKook era muy sensible ante el toque ajeno y ante el menor roce sentía cosquillas, aun por encima de la ropa.

—Hyung, para... ah... no puedo respirar. —Se quejó entre risas y lágrimas. TaeHyung detuvo su ataque y se recostó sobre el cuerpo de su hermano, besando su frente con cariño.

—Bebé, deja de renegar ¿sí? —Pidió tirándose a su costado sobre la hierba.

—Ah... ¿no te aburre la nueva casa? Es muy sosa. —Se quejó JungKook con un puchero en los labios, recostándose sobre su barriga. TaeHyung imitó la posición.

—Claro que no Kookie, no será aburrida. —Dijo TaeHyung con una enorme sonrisa en los labios, trataba de cualquier manera animar a su hermano menor. —He descubierto algo de ella. —Habló bajando la voz, como si fuera a contar un secreto.

—¿Qué cosa? —Preguntó JungKook totalmente curioso.

—Abajo en el sótano hay un laboratorio secreto... —Relató, vio como JungKook intentó objetar, por lo que rápidamente colocó un dedo sobre sus labios. —Guarda silencio Kookie, este laboratorio es un secreto del cual nadie puede enterarse.

Insane ❀ TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora