22 de Junio

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Al día siguiente nos fuimos a la playa, con el objetivo de ligar. Parecíamos tontas. Estuvimos mirando a todo el que pasaba pero había un problema, eran o muy pequeños o estaban "rellenitos" o ya iban con una chica. Hasta que vimos al chico ideal, estaba jugando a las palas con otro chico, que al parecer, era de nuestra edad (no lo veía porque estaba de espalda hacia nosotras). El chico era alto, castaño, ojos verdes con un bañador monísimo.
Carmen se fijó tanto como yo y me dijo:
C: ¡Eh! ¡Mira a ese tío! Es bastante guapo, y parece majo. Y tiene un amigo.
Sabía lo que pensaba: ¡Uno para ti, otro para mí!
M: Lo sé, me he fijado- dije muy contenta.
C: Vamos a acercarnos disimuladamente para ver como es el otro.
Y así lo hicimos, y el otro chico no estaba nada mal: Un poco más bajo que el otro, moreno con ojos azules.
Justamente cuando nos levantamos yo miraba hacia atrás para no perder de vista las toallas (porque estaban los móviles, las carteras...), iba caminando y caminando hasta que me choque contra alguien y me caí al suelo. Aquella persona me ayudo a levantarme, cuando le mire me di cuenta de que era aquel chico. Antes de que puediera darle las gracias Carmen, que iba por detrás mí, se tropezó con un cubo y me empujo y eso causo que me cayera encima del chico.
Yo me sonroje y rápidamente me puse de pie. Y le dije:
M: Lo siento, me he tropezado- estaba bien ruborizada y muerta de vergüenza.
Xx: No pasa nada, hola me llamo Adrián pero me llaman Adri. ¿Y tu?
M: Yo me llamo Marina pero me llaman Marina- Dije riéndome.
Carmen se acercó y dijo mirando de reojo el cuerpo de Adrián. Se puso en frente de él y musitó:
C: Yo me llamo Carmen.- dijo con su mayor sonrisa.
A: Encantado, os presento a mi amigo Pablo.
Y apareció el chico con el que jugaba a las palas.
P: ¡Hola!
C y M: ¡Hola! ¿Qué edad teneís?
P: Tenemos 15 los dos.
C: Bueno, yo tengo 15, y Marina tiene 14.-me miró con aire de suficiencia la bruja:-).
M: ¡Pero sabes perfectamente que cumplo 15 este sábado!
C: Pero tienes 14 ahora ¿no?
M: Ya me entiendes.
Y a partir de ese momento, empezamos a hablar de un montón de cosas, como nuestros grupos de música favoritos y programas de tele. Hasta que Adrián dijo algo que me resultó muy interesante.
A: Luego nos vamos a ir a una fiesta de por aquí ¿queréis venir?
C: Por mi si- dijo mirándome mientras me hacia una seña de afirmación.
M: No se...
C: Venga, ¡porfa!- y me hizó una seña de poner morritos y ojos de gatito que siempre hace que diga que sí a todo lo que quiera.
M: Vale, iremos- dije rendida.
A: Pues quedamos aquí a las 18:00h.
M: ¡Perfecto!
C y M: Adiós.- nos despedimos con la mano mientras nos alejábamos hacia donde queríamos sentarnos.
Cuando volvimos de la playa que eran las 16:00h y nos duchamos. Mientras volvíamos a mi casa Carmen me dijo dándome un codazo:
-Eh, eran bastante guapos esos dos, encima nos han invitado a una fiesta. ¡Tenemos que estar increíbles!
-¡Vale! Yo iré con un precioso vestido para que Adrián me vea guapa- solté sin pensar.
-Un momento, ¡a ti te gusta Adrián! Y no ha ido nada mal vuestra conversación. Amiga, ya notó como vas pillando lo de ligar...- me dió otro codazo mientras sacaba la lengua.
-Sí, bueno... ¿pero tú que? Yo he notado algo entre Pablo y tú, no apartabas la vista de él.- le puse una mirada de amor.
-Bueno... algo sí que ha habido- se sonrojó.¡Ella nunca se sonrojaba!
-¿Pero tú no salías con Álex?
-Te quería hablar de eso, no sé qué hacer. No sé si romper con él.
-Ya... a ti lo qué te pasa es que tienes miedo a que te rechaze, no te preocupes, te gusta más Pablo y tú misma has dicho que ha habido cierta química entre vosotros- estaba contenta por mi amiga. Pablo era un buen chico y muy simpático, además, nunca me había caído bien ese Álex, era muy chulo.
-¿De verdad crees eso?
-Sí amiga, seguro que si eres supersimpática con él y le haces reír lo tendrás en el bote. Eso sí, si vas a romper con Álex, rompe con él cara a cara.
-Ok... lo haré cuando volvamos a Madrid.
Después de esa conversación nos cambiamos, cogimos dinero y fuimos al centro comercial a comprar ropa veraniega, y ya de paso, ¡para la fiesta!
Entramos en varias tiendas. Cuando volvimos eran la 17:13 teníamos algo menos que una hora. Me puse un vestido negro ajustado con unas plataformas blancas y me puse un collar y unos pendientes conjuntos con el vestido, en cambio Carmen se puso un vestido corto rosa que enseñaba un poco una pierna y unos tacones dorados y pendientes largos dorados. Nos maquillamos un poco y nos fuimos a la playa donde habíamos quedado con Adri y Pablo.
Llegamos a la playa donde habíamos quedado y allí estaban, súper monos y listos para la juerga.
P: Hola.m¿Vamos?
M: ¡Claro!
C: ¿Donde esta la fiesta?
A: Esta aquí al lado.
C: Pues vamos.- dijo casi saltando de alegría (¡Cómo no! ACarmen le encantan las fiestas).

Caminamos un poco y llegamos a una casa muy grande que estaba llena de gente la música estaba a tope. Entramos en la casa seguimos a Adri y a Pablo, nos condujeron a la mesa donde estaban todas las bebidas. Nos servimos unas Coca-Colas y bailamos al ritmo de la música durante pocas horas mientras hablábamos sin parar. Hasta que Adri me saco fuera.
Había menos gente que dentro y la gente que estaba fuera estaban en amacas. Nos sentamos en una que había al fondo. Le pregunté por qué me había sacado fuera. A lo que me dijo:
-Quería estar a solas contigo.
-¿Para qué?- me estaba sonrojando.
-Para esto.
Me cogió la barbilla con su mano y la acercó hacia él mientras él se acercaba a mí.
Dioooos, ya sabía lo que estaba haciendo y me acerqué, cerré los ojos y... ¡nos besamos!
Después de ese beso tan mágico él dijo:
-Me gustas Marina, desde que te vi.
-Tú a mí también me gustas.
Estaba sintiendo que perdía la vergüenza. Así que le volví a besar y nos fundimos en aquel cálido beso. Lo disfruté.
Nos quedamos un rato más a fuera besándonos, abarazandonos, sonrojándonos. Volvimos dentro y dije a Carmen que estaba cansada y que ya era hora de irnos a casa, se lo dijimos a los chicos y nos acompañaron.
P: ¿Dónde vivís?
C: Está cerca no se tarda mucho.
Yo y Adri íbamos de la mano hasta que llegamos a casa.
A: ¿De verdad vivís aquí?
M y C: Sí, es mi casa de verano, ¿por?
P: Nosotros vivimos en la casa de enfrente.
C: ¡Que bien! Así nos vemos todos los días.

Nos despedimos y nos dimos dos besos en la mejilla pero cuando me toco dárselos a Adri nos besamos en la boca. Pablo y Carmen aplaudieron. Que vergüenza.
No me podía dormir. Eran la 2:30 y seguía sin dormir. ¿Pero cómo diablos iba a dormir si un chico me había besado? Fue mágico ¿no paro de repetirlo eh?
¡No lo puedo evitar!

Diario de un amor veraniegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora