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Desde ya tiempo Júpiter y Saturno han sido algo más que amigos aunque la mayoría de el sistema solar no lo sabe, el amor que tenían entre ellos era casi como un sueño. Eran tiernos, amorosos y detallistas entre ellos,casi nunca peleaban.
Pero
Ambos no podían evitar desconfiar uno del otro, Saturno le tenía cierto miedo al enterarse que Júpiter saco a otro planeta de su órbita, por otro lado Júpiter tenía miedo que Saturno lo abandonará o delatara.
Tal vez ese planeta que Júpiter lanzo al espacio estaba mejor, o tal vez Júpiter había matado un planeta junto a sus lunas.
Pero la verdad ninguno de los dos tenían una memoria clara de aquel planeta, principalmente por que cuando pasó tal suceso ambos eran muy jóvenes.
Y, como dicen los humanos.
la traición jamás viene de un enemigo.
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Júpiter estaba leyendo un libro cuando su lectura fue interrumpida por la voz de una de sus lunas, al mirar abajo se dio cuenta que Elara estaba hablando con un objeto desconocido.
—¡Hey lunita! , ¿que haces con ese..?
—es Encélado una de las lunas de Saturno. - respondió Elara con algo de fastidio por ser llamada lunita.
—¿no debería estar en la órbita de Saturno?
—pues si, ¿no te diste cuenta?, las lunas de Saturno han Estado aquí desde días terrestres.
Ante tal información Júpiter se sorprendió y subio la cabeza para mirar todo a su alrededor, para mayor sorpresa, todas las lunitas de Saturno estaban allí ya sea hablando o solo jugando con sus lunas, parecía una fiesta por tanta Luna metida en su órbita.
—que mierda... Hey ensalada ¿sabes donde esta Saturno?
—¡me llamó Encélado! Ugh, nos dijo que se iba a ir a un lugar solo ,para pensar y que nosotros nos fuéramos para tu orbita.
