Epílogo

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Hola, Candy:

Me da mucho gusto saber que estás mejor. Estaba preocupada por ti y por tu próximo bebé. Si las cuentas no me fallan, en el momento en que te escribo te faltan entre uno o dos meses para que des a luz.

Aquí nada cambia, todo sigue igual. Pero déjame advertirte. Neal me comentó que Albert está planeando demandarte por abandono de hogar e infidelidad. También me comentó que la primera vez, cuando intentaste demandarlo, fue precisamente por infidelidad.

¿De verdad Albert te engañó?

Ya decía yo que debajo de esa fachada de hombre abandonado, había algo mucho más de lo que dejaba ver. Siendo honesta, cada vez me cae peor.

Aunque la mayoría de la familia apoya a Albert, nosotros sí creemos en ti. De hecho, he notado algo en Annie, la forma en que lo ve cuando cree que nadie la mira es demasiado obvia; juraría que está enamorada de él o al menos algo por el estilo. Entre eso y el comentario que tu amor hizo aquella vez en que vino a agradecerme, cuando Archie intentó atacarlo; comienzo a creer que ellos tienen alguna especie de relación.

Y su bebé; si no fuera porque después de todo es un Andrew y la sangre de Albert es la misma que la de Archie, juraría que es de él.

Al final solo estoy especulando. Perdóname. Estoy segura de que a ti ya no te interesan esas cosas. Imaginó que eres feliz al lado de tu nuevo amor, mientras esperan a su bebé.

Por cierto, agradecele de mi parte, por el depósito que me hizo. Después de la luna de miel y los problemas con Albert, me viene muy bien para solventar algunos gastos.

No olvides tener cuidado. Albert está fuera de control. Está demasiado ofendido, sobre todo desde que Archie le comentó que tu Terry había estado en las puertas de mi apartamento y sobre todo, cuando confirmó que estas embarazada; lo tomó como una traición y ni siquiera fue a mi boda. A mí no me importa, pero temo que esto afecte los negocios de Neal.

Presiento que está decidido a hacer lo que esté en sus manos para molestarlos.

Me hace pensar que, un multimillonario herido es de temer, aunque si no tuviera más que un puñado de dólares en la bolsa, sería como un cachorro hambriento.

Lamentablemente para todos, todo ese dinero que lo respalda es su mayor y mejor arma.

Con cariño y esperando que todo resulte bien para ti.

Rubí Leegan

••• Candy •••

Recibo esta carta esta mañana, antes de la que quizá sea mi última revisión mensual, aunque decidí leerla al volver al apartamento.

No estoy segura de que pensar al respecto.

Actualmente, entre la posible demanda que nos espera en Inglaterra, por incumplimiento de contrato con el teatro, y esto.

Solo espero que, si de verdad Albert intenta demandarme, no me vea obligada a volver a Chicago.

Aunque, por otro lado, me agrada la idea de desenmascararlo.

Pero no tengo pruebas, no guarde ni una de aquellas notas que Annie le hizo llegar, mientras que yo tengo al hijo de Terry en mi vientre.

¿Cómo podría alegar que él fue el primero en ser infiel?

—La carta... —balbuceó con un poco de confianza, aunque esa carta está en Inglaterra.

—¿Sucede algo?

—Sí —suspiró sin poder ocultar mi preocupación, entregándole la carta de Rubí para que él mismo la lea—. ¿Crees que deberíamos consultar con un abogado?

Año NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora