prólogo

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Antes de la repentina muerte de quien gobernaba, el príncipe ya gozaba de cierta fama en el pueblo

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Antes de la repentina muerte de quien gobernaba, el príncipe ya gozaba de cierta fama en el pueblo. Siendo el heredero legítimo del reino, era un ser contradictorio, un demonio envuelto en la apariencia y la voz de un ángel. Su presencia tenía el poder de cautivar a cualquiera que lo mirara, pero también de asustar a aquellos que lo conocían de cerca.

Siendo el único hijo del anciano rey, desde muy joven había tenido todo lo que deseaba, y ese hábito no desapareció al llegar a la adultez. El príncipe se acostumbró a obtener cualquier cosa que deseara, sin importar el costo.

Cuando finalmente asumió el trono, el pueblo tembló al ver su nombre puesto en la corona de oro. Mientras el príncipe sonreía con un poder deslumbrante al ser coronado, el rostro de sus súbditos se llenaba de terror y aprensión. El reinado del príncipe prometía ser uno lleno de ambición desmedida y un dominio implacable, despertando el miedo y la incertidumbre en el corazón de aquellos que lo rodeaban.

Con la ascensión al trono, el pueblo quedó en manos de la ambición desmedida, el descaro, la arrogancia y el narcisismo del que una vez fue un príncipe problemático. Este príncipe, carente de empatía y compasión, no derramó una sola lágrima por la muerte de su padre, y ni siquiera tuvo la oportunidad de conocer a su madre.

Desde temprana edad, este príncipe se entregó a una vida de excesos, consumido por la búsqueda de placeres efímeros. Gastaba su tiempo en bebidas y amantes de una noche, sin preocuparse por las consecuencias de sus acciones. La gentileza y la consideración hacia aquellos que lo rodeaban eran conceptos ajenos para él, ya que su egoísmo y falta de empatía dominaban su ser.

Su reinado se caracterizó por su desprecio hacia los demás y su falta de consideración por el bienestar del pueblo. Su sed de poder y su actitud despiadada dejaron una marca indeleble en la historia de su reinado, sumiendo al pueblo en un estado de temor y descontento. El príncipe, una vez adorado por su apariencia angelical, se convirtió en un gobernante temido y despreciado por su falta de humanidad.

Cuatro años después de su coronación, el príncipe convertido en rey sorprendentemente no había tomado tantas decisiones catastróficas para el reino como se temía. La hambruna, las guerras y las pérdidas que se pronosticaban nunca llegaron a materializarse. Sin embargo, a pesar de estos aparentes logros, el rey seguía siendo el mismo adicto y arrogante de siempre, pareciendo tener la intención de dañarse a sí mismo más que a cualquier otra cosa. Mientras el pueblo no estaba al tanto de las actitudes del rey en el interior del castillo, aquellos que habitaban en él tuvieron que soportar todo tipo de tratos y comportamientos por parte del monarca.

El rey demostraba una falta de consideración y respeto hacia aquellos que lo rodeaban, haciendo que la convivencia en el castillo fuera difícil y a menudo dolorosa.A pesar de su aparente éxito en la gestión del reino, el rey seguía siendo prisionero de sus propios vicios y actitudes destructivas. Su adicción y arrogancia continuaban afectando a aquellos que estaban cerca de él, creando una atmósfera de tensión y malestar en el castillo. Mientras el pueblo desconocía estos aspectos oscuros de su rey, aquellos que lo conocían de cerca sufrían las consecuencias de su comportamiento despiadado.

𝐀𝐌𝐁𝐈𝐓𝐈𝐎𝐍 •「soojun」• os •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora