Taylor Swift y Travis Kelce es la pareja del momento, desde aquel momento en Argentina que disipó cualquier duda y que confirmó el rumor que ya estaba cobrando vida desde hace mucho tiempo y nadie se le pasaría por la cabeza que esa relación termina...
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Estaba enfrente de la casa de Sabrina y toqué el timbre
Me abrió pocos minutos después y sonreí burlonamente al ver su cara de muerta
- ¿Resaca eh? -pregunté burlonamente y volteó los ojos
- Pasa -respondió haciéndose a un lado y entré- ¿Cómo es que tú no tienes resaca? -cerró la puerta y me volteó a ver
- Muchos años de práctica -respondí y se puso una mano en la cabeza- ¿Te has tomado una pastilla?
- A eso iba -respondió y caminamos hacia la cocina- Pero el dichoso bote de pastillas está bastante alto -la miré aguantándome la risa y me dio en el hombro- No es gracioso
- Anda, dime dónde y te la alcanzo -dije quitándome la chaqueta y la dejé a un lado
- Ahí -dijo señalándome una estantería y la abrí
Cogí el bote de pastillas y lo cerré
- Gracias -dijo cogiendo el bote y la di un vaso de agua
- ¿Mejor? -pregunté viendo como se lo bebía y asintió
Dejo todo en la encimera y nos sentamos
- ¿Te puedo hacer una pregunta? -preguntó y asentí levemente- ¿Tú y Taylor habéis...?
- ¿El qué? -pregunté frunciendo el ceño e hizo un gesto- ¿Qué tipo de pregunta es esa, Carpenter?
- Una normal entre mejores amigos -respondió y me recogí el pelo en un pequeño moño- ¿Entonces?
- No, no hemos hecho nada -respondí y alzó ambas cejas sorprendida- ¿Por qué te sorprende?
- ¿Cómo que por qué? ¿Shaun Benjamin Walker aguantando tanto tiempo sin hacer nada? -preguntó y volteé los ojos
- He cambiado, Sabrina -respondí y negó
- Querrás decir: Taylor me ha cambiado, Sabrina -dijo y asentí
- Tienes razón, para que mentirte -dije y sonrió pasando una mano por mi espalda- Taylor Swift a venido a mi vida para cambiarla por completo... en el buen sentido
- Estás enamoradísimo, Shaun, y no sabes cuánto me alegro por eso -dijo y sonreí
- Ahora faltas tú -dije y chasqueó la lengua
- El amor no se hizo para mí -dijo y negué
- ¿Lo dices por el Josué Bennet? -pregunté y soltó una carcajada- ¿No se llamaba así?
- Joshua Basset -respondió y me encogí de hombros
- Es lo mismo -dije y sonrió negando- Ningún Josué Bennet o Joshua Basset o como se llame, tiene el derecho a que por su culpa tengas miedo a enamorarte de nuevo -apoyó la cabeza en mi hombro y la abracé por los suyos
