Epílogo

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......

• 1943•

—¡Harry! ¡Recuerda que todo lo que hacemos en este mundo se paga! —gritaba una mujer furiosa mientras lanzaba unas cuantas cajas dentro del auto.

—¡Me importa una mierda! —respondió el joven de rizos desde la puerta de la gran casa—. ¡Solo vete de aquí!

La mujer, incrédula, observaba a su propio hijo malagradecido. Era el ser que había tenido en su vientre durante nueve meses, al que le debía la vida. Maldito loco.

—Vivirás el resto de tu vida infeliz, Harry, y no pienso verlo. No voy a quedarme aquí viendo cómo me destrozas la vida.

—¡Por favor! Solo lárgate, mamá. Sin ti, seguramente seré más feliz.

La mujer, sin mirarlo, subió al auto. Tardó en encenderlo, pero este arrancó, y la madre de Harry desapareció de su vista.

Harry entró a su casa, todavía muy molesto. Sentía su corazón apretado y la cabeza le dolía; toda esta situación le rompía el corazón.

Él amaba a su madre más que a nada en el mundo.

Y ella lo había dejado solo. Nada había sido igual desde que prefería estar fuera de casa para no escuchar sus horribles comentarios:

"Marica", "no hagas eso, es de mujeres", "eres una vergüenza", "qué bueno que tu padre no está aquí para ver en lo que te has convertido".

El dolor de esas terribles palabras resonaba en la mente de Harry. Trató de mantenerse cuerdo, pero sus intentos fueron inútiles. Sus piernas perdieron fuerza, y cayó al suelo, dejando salir sus lágrimas en sollozos desgarradores.

No era justo. No era justo haber escuchado esas palabras cuando apenas era un niño, solo por querer tomar la mano de un amiguito.

Había valido la pena recibir los golpes de su madre la primera vez que quiso usar esmalte de uñas, solo porque le parecía bonito y quería ver cómo se vería en sus manitas.

Ante estos recuerdos, Harry solo sentía cómo su cuerpo temblaba, y por un momento creyó en las palabras de su madre.

Tal vez, si no hubiera besado a ese chico en público, si hubiera conseguido alguna novia, como su mamá esperaba, o si dejara de vestirse tan llamativo, su madre seguiría siendo cariñosa y cuidando de él.

Pero, ¿qué se supone que debía hacer ahora? Solo podía llorar y suplicar, de rodillas, con todas sus fuerzas, un poco de esperanza y un cambio.

Harry se arrastró por la casa hasta llegar a la imagen de un Dios que solo observaba sus penas.

Esa imagen de Jesús en la pared, con los ojos tristes y una corona de espinas, era lo único en lo que podía depositar sus gritos, con la ilusión de que sus palabras fueran escuchadas.

—¡Cámbiame! —imploró el niño a los pies de esa imagen—. ¡¿Por qué nací así?!

El odio e impotencia llenaron todo su ser. La necesidad de sentir algo más allá del dolor en su pecho lo llevó a golpear sus piernas contra el suelo de madera. Sus rodillas se impactaban, y la piel comenzó a enrojecerse.

Pero no dejó de arrodillarse.

Hasta que su cuerpo, temblando por la ansiedad y la adrenalina, dejó de responder.

Harry solo lloraba y lloraba. ¿Qué más podía hacer un joven de 14 años?

Suplicarle a un Dios lleno de mentiras que no se apiadaba de su alma solitaria.

Pero alguien más lo escuchó. Escuchó su alma desgarrándose con tanto dolor. Era un niño. Bien sabía él lo estricto que era con los niños...

9'. No herir a niños pequeños.

—No tienes que cambiar nada... Si no les agradas, es su problema.

Harry miró a quien le había respondido.

Y solo pudo sonreír. Pues aquel ser brillaba tanto como la misma estrella de la mañana y emanaba una calidez tal que Harry lo miró agradecido.

—No hay peor sentimiento que la soledad, niño.

Harry solo asentía y lloraba en silencio, escuchando al hombre frente a él. Era obvio quién era, pero aun así no se atrevía a decir su nombre.

—Serás un hombre lleno de virtudes. Tendrás quien te guíe y vele por ti, si me prometes lealtad eterna.

—Y-yo...

—Si vives por y para servirme a mí, tendrás el poder y la inteligencia para vivir bajo tu propio albedrío.

—¿No estaré solo?

—Te daré la mejor compañía, si aceptas.

—Señor... ¿es un trato? —su vocecita casi chilló al ver al hombre asentir—. Lo haré, haré todo por y para usted.

Una sonrisa siniestra apareció antes de que dijera: "Trato hecho".

Una sonrisa siniestra apareció antes de que dijera: "Trato hecho"

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Magic Even With The Devil. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora