Cuando dejes de dentir... |Usa x Imperio japonés

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[Soft]
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El aire frío estaba dando como bienvenida al invierno. Pronto comenzarían las lluvias, las tormentas y a la blanca nieve.

⟨⟨Londres, Reino Unido⟩⟩

El rubio estaba ahí en frente del Royal Exchange mientras fumaba y el humo del cigarro se mezclaba con las oscuras nubes.

«Desde que Joe Biden anúnciese que la pandemia terminó para nosotros hace una semana las cosas para todos han estado bastante tranquilas. Aún me preocupa que China tenga otro brote pero es bueno verle la cara a la gente»

Unas chicas pasan al lado de él susurrando con sonrisas en sus rostros cosas como "¿¡Ya viste!? Es muy guapo" "Shh, baja la voz", solo para que el rubios les diese una sonrisa coqueta con un pequeño gesto de su mano y las chicas terminase chillando emocionadas.

«Ese maldito solo nos dío más trabajo ¿Acaso no pudo controlar su enfermedad por si mismo? Tsk»

En eso los pasos de alguien más se escuchan bajando por las escaleras del edificio. Usa levanta la mirada y se quita el cigarrillo de la boca mientras deja escapar un poco de humo

—Podrías apresurarte un poco ¿Sabes?

—Ya voy, ya voy, la espera es para los ganadores. Aunque tu tienes una forma única de hacer las cosas ¿No hijo?

El rubio tiro el cigarrillo al suelo, pisando la colilla justo antes de que su padre terminase de bajar las escaleras. Vestía un formal abrigo de los años 50's de botones de oro para aquel clima frío. Un hombre elegante a diferencia de su hijo.

—¿Y ese abrigo?

—"WAT-A-TITE poplin" años 50, cuando aún la gente tenía clase. Me gusta verme bien incluso si solo voy de paseo ¿Debería comprarte uno a ti también?

—Prefiero la ropa cómoda, además, me veo bien con todo ¿Para que utilizar ropa tan incómoda?

—Es solo una excusa para no tener clase...

Ambos hombres caminaron hasta que se alejaron del edificio, pasando por entre la gente común con sus apariencias humanas. Usa se percató que su padre llevaba una pequeña bolsita en su muñeca de algo que probablemente haya comprado.

—¿Qué tanto estabas haciendo allá dentro?— La curiosidad le ganó.

—Recordando.— Suspiró— Recordando la vieja época en donde todo parecía mejor.

—Tsk, para ti.

—Hablo de la gente. Problemas hemos tenido siempre y eso no va a cambiar. Pero me hubiese gustado que ese lugar siguiese siendo el precioso edificio lleno de aristocratas y vendedores de todas partes del mundo —Saca algo de la bolsita y se la muestra con una sonrisa.— Aunque no me quejo.

—¿Qué es eso?

—Son pulseras, del sol y la luna. Estaban a 2x1 así que aproveche de comprar una más ¿La quieres?

—¿Qué se supone que haga con ellas? —Resive una cajita negra pequeñita.

—No sé, podrías compartirla con uno de tus hermanos.

—¡No pienso compartir nada con ellos!

Reusó el rubio el rubio mientras su padre soltaba una carcajada, probablemente en un pasado estaría decepcionado, pero ya había aceptado la personalidad excéntrica y egocéntrica de su hijo.

Ambos siguieron hablando hasta que se dirigieron a un callejón angosto y desolado, de edificios con ventanas rotas o cerradas entre la oscuridad y el frío, y enfrente una puerta de madera firme y desgastada. UK se acercó a la puerta de manija de oro sucio y la abrió con cuidado para dejar ver un pequeño resplandor.