2. El club

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- ¡Punto! - y entonces dio el final.

Todas mis compañeras empezaron a abrazarse, les acababa de dar el punto de victoria. Finalmente tras una larga e intensa hora el árbitro dio el final. Lo habíamos conseguido, estábamos en la final. Todas nos abrazamos emocionadas.

- Viajamos a New York - grito una de las chicas.

- Lo conseguimos Lizz - me abrazo Tina, yo la abrace igual y saltamos emocionadas.

- ¡A celebrarlo! - grito otra.

- ¿Nos vamos al club de Lukas? - le propuse a Tina, por su cara supe que le había sorprendido que le dijiese algo así

- ¡Vamos!

Todas nos encaminamos al vestuario una vez nos despedimos de nuestras contrincantes.
Sarah nos esperaba fuera con un granizado. Nos felicito y subimos al coche rumbo a sus casas.

- ¿Te vienes al club Sarah? - Sarah miró a Tina sin saber qué decirle.

- No lo se, tal vez a mi hermano no le hace mucha gracia, bueno porque no has conoce.

- Vamos yo convenzo a mi vecino para que te deje venir - Sarah sonrió en respuesta.

Aparque el coche frente a la casa de Tina, las dos se bajaron y yo me fui.
Al entrar a casa las luces estaban apagadas, no sabía si estaban o no, mientras subía la escalera comencé a escuchar porrazos en la habitación de mis padres, gemidos brotaron del interior. Ya lo que me faltaba era esto. Corrí a mi habitación, escogí la ropa y me metí a duchar. Claro estaba que mi presencia le importaba un carajo a mis padres y no pararian por mi, alomejor lo hacían más duro para que me entere mejor. Salí del baño con un vestido negro, unos tacones del mismo color, y un maquillaje no muy cargado. Volví a mirar la habitación de mi hermano, tenía que dejar ya a un lado aquello, hacia un año y cuatro meses que había pasado, todos pasaban página menos yo, tenía que centrarme en mi, y en los que me querían de verdad.

Salí de la casa hacia mi coche pero un Mercedes blanco para justo frente a mi, era Liam, y me sonreía como nunca.

- ¿Donde va ese bombón?

- Al club - dije siguiendo le la corriente.

- Vaya pues es tu día de suerte, hoy te recoge un apuesto caballero.

- Wow, que suerte la mía, pues lleveme don Liam.

Los dos nos reímos, subí en el coche y Liam puso rumbo al club. No estaba muy lejos pero si lo suficientemente para no molestar a los vecinos de la zona.

- Me alegra verte así Lizz - lo mire, estaba serio, no sonreía, cosa rara en el.

- ¿Asi como? - mi pregunta le hizo mirarme.

- Como antes - apartó la mirada a la carretera aún serio - Leo odiaba verte triste, recuerdo cuando le prometí que nada te pasaría, porque tu eras como mi hermanita también - aparte la vista de el a la ventana mirando las casas pasar - y cuando supe que pasaba contigo recordé a él, triste también por ti.

No quería mirarlo, sentía como las lágrimas se comenzaban a acumular.

- El no quiere verte así Lizz, quiere verte como siempre, este el o no lo esté.

Y entonces llegamos, antes de que se me derramase la primera lágrima.
Bajamos como si nada, Liam saludo al segurata y nos dejo pasar. Dentro ya había gente, el dj al final de la sala saltaba al ritmo de la música mientras las personas cantaban, amaba ese ambiente, como también amaba beber, si, no me escondo, amo los cubatas, que se que son malos pues si, pero que más da hay que disfrutar.

El poco tiempo que nos queda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora