LULS

52 7 0
                                    

Había salido con mamá, tenían un tipo de compromiso con papá, lo cuál significaba que vería a mi hermano. Me sentía emocionada por eso pero mamá no tanto.

—Me divorcie de ese idiota para no tener que verle de nuevo y ahora, tenemos un compromiso que atender como familia? Patrañas.

—Si no lo recuerdas, han decidido tener hijos. Y aún así no es suficiente para ti, verdad?— Murmure bajando del auto, que mujer.

Baje del auto, y entre ella una furia a la casa de papá. El estaba sentado en el comedor con un periódico, Lon estaba sentado a su lado moviendo la comida con desgano.

Igual que siempre.

—¡Hermanito!— Murmure y fui a abrazarle, se levantó y me devolvió el abrazo. Su semblante había cambiado por completo, al igual que el mío.

Papá vivía cerca de la ciudad, cerca del portal para las dimensiones. En cambio, mamá nos había llevado a dónde su nuevo novio, a las a fueras de la ciudad. Sabrán que usar bicicleta siempre que Tampo nos llama es agotador.

—¿No saludas a tu padre?.
—Ah, si, hola.

Tome a Lon del brazo. Subimos a su habitación y el empezó a reproducir uno de sus discos, me senté en su cama y me acomodé mirando el techo.

—¿Cómo está mamá?.

—Igual que siempre, a duras penas y sabe que sigo con vida.

—Papá no es muy diferente, me haces falta.— Sonreí, ya faltaba muy poco para que volviéramos a estar en la misma casa. Menos mal era la de papá.

Lon poso su mirada en mis muñecas, más no dijo nada, solo observaba y era mejor así. Dar explicación era muy complicado.

No pasó mucho hasta que escuche gritos provenientes de la parte de abajo, me acerque al tocadiscos y subí el volumen, bajando el ruido exterior.
Empezamos a bailar, dejándonos llevar por la música que sonaba.

Lon podía mostrarse como alguien malvado o incluso grosero pero solo había que tratarle con cuidado, saber cómo tratarlo.

Mi sonrisa se desvaneció cuando mamá llegó a la habitación, bajamos el volumen de la música y sacamos dos fotos rápidamente. Una para él y otra para mí.

—June, tesoro, vamonos— Hablo, miraba su celular.— Hola, Lon, cómo estás tesoro?.

—Mama, bien, gracias.

Fue el saludo más falso que había podido observar en toda mi vida.
Volvimos a casa, lo primero que hice fue ir a mi habitación. No quería saber nada más del mundo exterior.

Aunque cuando dormía, mi brazalete empezó a brillar. ¿Que quería ahora? Teníamos que dormir lo suficiente si quería que le rindieramos bien.

Tome mi bicicleta y salí a toda velocidad hacia la colina. Está rutina cansaba. Cuando llegue, ya estaban todos, escuchando el discurso de Kiet.

—Sera la diferencia horaria entre dimensiónes.

—Eh chicos, estás no son horas de salvar el mundo, tengo compromisos. Mañana he quedado para salvar Camelot.

Fenzi y Zack se burlaron abiertamente de él, mientras Cloe negaba y se sobaba sus ojos.

—Tenemos que irnos, vale?— Murmure poniéndome al rededor del portal.

—¡SENDOKAI!.

Todos nos habíamos acostumbrado bastante rápido a los cambios de ropa que nos daba el portal. Fuimos corriendo lo más rápido posible hacia Tampo, preocupados por la hora en la que nos había llamado.

Sol y Luna | Zack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora