Parte 3

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—Ellos son mis hijos: Lituania, Letonia, Estonia, Rusia, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazajistán y Ucrania —presentó a sus lindos e inocentes retoños al latino, estaban uno al lado del otro con sus mejillas sonrojadas por lo tímidos que eran frente a una nueva persona.

«Si así se portaran todos los días el mundo se destruiría» pensó el chino echado en una de las sillas de la cocina, estaba agotado.

—Awww que adorables —dijo con sus mejillas sonrojadas, a Perú siempre le encantaron los niños, algo cómo sus pequeñas ropas de colores suaves, juegos divertidos y travesuras eran lo que más le gustaba —¡Digo!... Mi nombre es República del Perú o Perú, como gusten llamarme, es un placer conocerlos.

—¡También es un gusto para nosotros! —exclamaron al unísono.

El pecoso reprimía sus ganas de apachurrar los redondos cachetes que tenían los pequeños.

—Espero que nos llevemos bien.

«Qué lindo y alto es el señor República del Perú» pensó un niño bicolor de ojos avellanas, su carita se puso roja cuando la mirada del peruano se posó en él, cubrió su rostro con su ushanka, estaba muy nervioso.

—Y bueno... ¿Qué quieren hacer? —preguntó con una sonrisa radiante.

—¡Comer!

—¡Jugar!

—¡Pintar!

—¡Disfrazarnos!

«Pequeños y lindos angelitos del señor, se ven tan bien portados y dulces ♡»

«¿Porqué nunca se portan así conmigo?» pensaron China y URSS por lo tiernos que se veían sus hijos.

—Podemos hacer todas esas cosas —dijo alegre el latino —señores pueden ir a descansar, me encargaré de los bebés —vio como los hombres suspiraron y se fueron a su habitación, él buscó en su bolsillo su diario y un lápiz que siempre tenía para que pudiera anotar los nombres de los hijos de su jefe, eran 15 así que tenía que hacer un buen esfuerzo con su memoria —a ver bebés, pueden presentarse cada uno, quiero anotar sus nombres.

—¡Sí señor! —exclamó el ruso dando un paso adelante —Ellas son mis hermanas, Estonia, Armenia, Letonia, Moldavia, Lituania, Georgia y Bielorrusia —dijo señalando a cada una —y mis hermanos son Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazajistán y Ucrania. Yo me llamo Rusia.

Al terminar de anotar todo guardó su diario —Muchas gracias pequeño Rusia, que lindo eres —pronunció enrojeciendo los cachetes del ruso, cuando le dio palmaditas en la cabeza puso más nervioso al niño.

—No hay de qué.

—Bueno, ahora si podemos jugar.

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—Uff que cansado estoy —habló el soviético echado en su cama.

—Los niños parece que se van a llevar bien con el americano que trajiste —comentó quitándose su ropa, URSS se sonrojó al verlo sin sus prendas puestas.

—S-Sí, ajam. China...

—¿Qué pasa? —preguntó desabrochando su pantalón.

—Podemos... Hacer... Eso que hacen... Los recién casados...

—¿Recién casados? Te refieres a... ¿Tener sexo? —el otro asintió, por lo rojo que era no podía ver el enrojecimiento de sus mejillas —Bueno, es raro, ambos somos hombres y no queremos que el niñero nos escuche —susurró con una sonrisa al colocarse al lado de su pareja.

—Tienes razón, lo siento —dijo abrazándolo.

—No te disculpes, es normal querer hacerlo, me gusta que quieras hacer eso conmigo... ♡.


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𝑵𝒐 𝒎𝒆 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒆𝒔 [🇺🇦 𝒙 🇵🇪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora