Etérea

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Te vería en grises para hacer más claros tus contrastes. Ella me ama, o lo hace como cree que se hace. Es sutil; aparta su rostro cada vez que la atrapo mirándome sin razón. Se acerca invitando a acariciarla, fijándose en mi tacto. Se ruboriza, me produce ternura, suaviza mi palma haciéndome más delicado.

Nadie fue capaz de permanecer en su dolor. El agobio de su hastío hacía añicos el cariño del resto, pero ella no tenía la culpa. Es inestable, trémula, un nudo que se te hace en la garganta. Te ata las manos, comprometiéndote. Piensas que la tienes a tu lado, incluso la llegas a palpar para comprobar, pero aquello no es más que ilusión. Ella es distante como el horizonte, se aleja a medida que te acercas. Su mayor cualidad es la de desvanecerse.

Ella cree no merecer mi amor, por eso sufre en mi compañía, pero sufre más en mi ausencia. Me habla mucho de trauma, dolores pasados que se niegan a caer en el olvido. Yo no seré el final de su angustia conocida; algún día la dejaré. Tal vez por eso se siente tan frío estar con ella; juntos no hacemos más que prolongar una historia que hace rato dejó de tener sentido y ahora no es más que incoherencias. Compartimos nuestras penas, ambos las ponemos en nuestras canciones, poemas y tardes de sexo. Quisiera que me encontrara en un futuro nuevo y mejor.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2023 ⏰

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Entre El Sueño y El AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora